LA EXPERIENCIA HOSPEDERA DE ALEX EN BODENAYA EN EL CAMINO PRIMITIVO
Pese a que he transitado por los Caminos jacobeos del Occidente astur en variadas ocasiones y sabía de la existencia del albergue de Bodenaya, nunca paré en él, tampoco los albergues de donativo han sido mi pasión, pues en parte soy de naturaleza un tanto libertaria y prefiero dominar mis tiempos modos y maneras. Entiendo que todo ello, no dejan de ser prejuicios vanos y ufanos, y la verdad si mucha consistencia, y cuando lo pruebas pues quedas satisfecho, aunque hay de todo en la viña del señor Santiago.
Había visto
además el video sobre los Hospitaleros asturianos, aunque quien de verdad hizo que yo
cambiase de opinión de acercarme a Bodenaya fue mediante el contacto y la amistad con Sergio del albergue
La Ferrería de Amandi en Villaviciosa..
O sea que del famoso Alex Camino, y su proyecto Bodenaya, que de algún modo sigue David Carricondo, pues lo conocía desde la distancia y lo que unos y otros me iban contando.
En este largo periplo por
los Camino norteños de Santiago, al regreso a mi casa por el camino Primitivo paré en Bodenaya, no sin antes tener un raro percance en Tineo, que bien creí que chafarían mis proyectos de estar en Bodenaya.
Pero al final pudo ser, aunque llegué tarde pero a tiempo para cenar. Mi sorpresa
fue mayúscula, por un lado, conocer finalmente el albergue y darme de
bruces y de sopetón con el abrazo y la fraternidad de David Carricondo , y los peregrinos allí presentes entre los que se encontraba Alex, que estaba de peregrino pues venía de hacer una experiencia caminera por el llamado Camino Allerano a través del Via Romana del Curueño y su continuación Camino de Vegarada, con un cierto viraje por las Foces del Río Aller, y lo hacía con unos amigos, y bajo su
brazo traía su libro: Bodenaya. Un
sueño en el Camino de Santiago.
Otro día hablaré de ese encuentro y de esa experiencia en Bodenaya, hoy toca hablar de la experiencia de montar un albergue de donativo en la Asturias Peregrina. que no es poca cosa
Un proyecto que empezó no hace mucho, en el 2006, y que ha sido plasmadas sus vivencias en un libro de autoedición, que se sitúa en unas 102 páginas.
Pasado y Presente de Albergue de Bodenaya. Alex , y David y un amigo de ambos
Uno que acostumbra al igual que Alex a comprar y leer todo tipo de bibliografía jacobea, en general muy predefinida por los libros de rutas y de las impresiones del Camino, lo cual hace que muchos libros se asemejen bastante unos a otros.
En el caso del libro de Manuel Alejandro González Flores (Alex Camino) se aleja de esta bibliografía de ensoñaciones odopéricas, para centrarse en contar sucintamente su quehacer como hospitalero, oficio que no poseía, y que fue la célula de un proyecto que no estaba cerrado, sino que todo fue creciendo o relaborándose a la par. del Camino y de un proyecto de una acogida peregrina novedosa en Asturias, y que venía precedido de las visiones y experiencias de otros proyectos singulares.
Luego está la búsqueda y el encuentro del lugar, de la casa, y como
no, afrontar cómo levantar todo ello, no como ahora, a base de dineros, préstamos, etc con proyectos muy vanguardistas y profesionalizados, sino levantar la idea desde unos cimientos de
una básica acogida que unos llaman cristiana y yo prefiero denominar "acogida fraterna" que estaba por hacer.
No es un libro de grandes historias y reflexiones, ni acaso de rememoraciones de personajes relevantes más allá de los agradecimientos a unos y a otros.
Es un libro sencillo que relata las cosas cotidianas de alguien que se empeña en levantar un pequeño alojamiento sin muchos artificios, y se enfrenta a cientos de problemas desde el más puro desconocimiento, de la obra de la idiosincrasia de las gentes del lugar, y que lograr articular una casa de acogida interesante, muy recoleta con una escalera que da vértigo para subir al primer piso, creo que se debería reformar la inclinación, dato para el presente (David Carricondo).
Pero en esos muros que nadie te pide que piensas o que sientes, más allá de la forofada futbolera bajo la que dormí, con esas bufandas de unos y otros equipos, pero en cuyo trasfondo se deja ver las ansias de un proyecto de vida, que se fue transformando, pues todo este quehacer hospitalero, es un quehacer diario que llena y satisface pero que también quema, bien lo sabemos los que hemos estado en los refugios de montaña, pues los tiempos no pasan en balde y los hospitaleros de los diversos caminos notan y sienten y padecen esos cambios de perfiles, la nuevas tendencias consumidoras de los peregrinos, turigrinos o senderistas o vagantes...
De todo eso va el libro, de la adaptación al mundo rural desde la realidad neorural que fue conformando un proyecto Bodenaya que está a salvo de algunas tentaciones querencias sociológicas de las nuevas tribus (lúdico sapiens) en esa eterna nostalgia de los sagrado como dice Michel Maffesoli, y todo eso se deja notar en el trasfondo del libro, que se lee casi que, de un tirón, y que agarra pronto al lector, y además lo hace sin grandes artificios arrancando de vez en cuando una sonrisa.
Os invito a adquirirlo y a leerlo.
Para hacerse
con el citado libro al precio es de 15 E gastos Incluidos, y se puede comprar bien a través del Tlf +34
638840504 (Alex) o pedirlo y
recogerlo en el Albergue de Bodenaya.
Victor Guerra
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