CAMINO DEL NORTE. TEMPLARIOS y ANTONIANOS EN LLANES

                              

Antoniano.    Arquivolta San María del Concejo de Llanes

Siempre se dio por sentado, tanto yo mismo, como el maestro de historiadores: Carlos María de Luis que resalta este hecho en su publicación en el diario La Nueva España del 28 de junio de 1981, indicando que, entre las arquivoltas de la iglesia de Santa María del Concejo en Llanes, aparecía la figura de un miembro del Temple, ya que la TAU «T» que portaba al pecho así parecía indicarlo, aunque apuntaba el maestro Carlos María «que esa no era la cruz oficial, sino la esotérica».

En mi caso unos meses más tarde daba una conferencia en Gijón sobre la Presencia del Temple en Asturias, apoyándome en dicha figura pétrea de Llanes como una prueba más de esa incierta presencia del Temple en la región.

No hay que olvidar que estábamos en los tiempos del Gargóris y Habidis de Dragó, de los libros sobre el esoterismo mágico de Juan Atienza, o los trabajos más academicistas sobre el Temple y los templarios de Rafael Alarcón Herrera.

Lo cierto es que, frente a este desarrollo legendario sobre la indagación templarista por parte de algunos insignes cronistas y estudiosos se daba una total falta de interés, sobre manera en los círculos académicos de la historia medieval, poco empeñados en despejar en el caso de ese soniquete sobre una posible presencia templaria en Asturias, tal como se recoge en forma leyendas, recogidas por algunos de nuestros más significados cronistas: Cabal, Vigil, Canella, Aurelio del Llano… etc.


De Hugo Maartins -  San Martín de Escoto (Parres)

Citas que se registran en los numerosos escritos de los polifacéticos estudiosos que he referido y que nos trasmiten que por ejemplo, en Caravia hubo una hospedería de freires blancos, o que en el Padrún hubo otra, al igual que en Bueida, y en Villapañada, y que en Llames de Parres la iglesia de San Juan de Escoto, tiene una cruz templaria, al igual que en La Posada de Poo de Llanes, y que la iglesia de Aramil se la titula de los «Caballeros», y que en Bueida se cree que hubo templarios, y hay quien dice que hubo hasta una encomienda, y que en las excavaciones arqueológicas en la zona han arrojado diversos restos óseos de enterramientos medievales, que pudieran ser de templarios…dada su naturaleza. corpulencia…, etc.

Todo esto, sin dejar de mencionar la existencia o creencia de una comunidad esotérica de monjes templarios en lo alto del Montsacro, si bien en toda esta retahíla de exposiciones aún no se incluían las numerosas presencias de cruces patadas que se reparten por medio Asturias, sobre todo por la Comarca de la Sidra.


Iglesia octogonal del Montsacro (Morcín)

Por otra parte, los divulgadores más modernos si bien relatan todas estas existencias no han adelantado mucho más, y puedo decir que tanto Carlos María como yo mismo pues recogimos bastante documentación al respecto, en mi caso al no poder darle una cierta salida documenta a todo mi bagaje documental en torno al Temple, este fue a parar a las manos del investigador mallorquín Alarcón Herrera.

Otra parte de mis archivos personales fue manejada por Xavier Musquera, que frente a los cuatro datos que traía medio hilados, se encontró con un filón bastante trenzado, y aunque fueran notas sueltas y apuntes para un libro que nunca se escribió, a él le sirvió como material idóneo para su Asturias Mágica.

En ese contexto la imagen pétrea de una figura con la TAU (T) al pecho e inserto en las arquivoltas de Santa María del Concejo de Llanes quedó unida al temple sin más.



Por mi parte, siempre le estado dando vueltas al hecho de que esa existencia a modo de representación gráfica, y su posible significado en el contexto de Llanes, y su relación con la abundante presencia templaria que se dice que hubo por Asturias, sin que medie un solo documento fedatario de tal cuestión, esta cuestión siempre me ha tenido preocupado aunque debido a lo difícil de poder contrastar muchas de las informaciones que se manejan, ya que son épocas muy distintas, con muchas leyenda al respecto, con fundaciones en momentos muy dispares, con un nexo común como es la nula apoyatura bibliográfica.
 

Esto nos ha llevado a algunos estudiosos a encontronazos importantes a la hora de afrontar o refutar tales existencias.

Como ya he comentado, es difícil indagar y profundizar en ese posible venero templarista si es que lo hubo, y llegados a este punto es plausible que los activos templarios bercianos campearon por estas latitudes, pues no en vano la presencia y fortaleza primigenia de las Verederas de los San Salvadores y el origen peregrino en San Salvador de Oviedo, que había dominado todo el área geográfica astur llegando a Galicia e incluso a los predios de las mitras toledana y bracarense, junto con el hallazgo de las reliquias santas de  Oviedo en el Montsacro, hacen de todo el conjunto una apetencia muy sugestiva para que por estos lares se dejaran ver  los presuntos templarios bercianos, y máxime con el aumento de la presencia peregrina. Pero en el fondo no dejan de ser especulaciones.


Conventín de San Salvador de Valdediós (Villaviciosa)

EL TEMPLE EN ASTURIAS

No se puede negar que la presencia del Temple bajo sus distintas formas estuvo ligada a los Caminos de Santiago, aunque puedo decir sin ambages que tanto el Camino del Norte, como el Primitivo se resisten a poner de manifiesto o confirmar más allá de la leyenda tal presencia, aunque también es cierto que la historia se hace cómo se hace, y por ejemplo la hilazón de advocaciones bajo San Salvador que viene salpicando los caminos desde Irún, y cuyo número en nuestra región es importante, empezando por la catedral, esto no parece haber inquietado a los estudiosos profesionales de la historia medieval ni religiosa.

Credencial salvadoreña de producción propia.

Por tanto, la representación pétrea de un monje o soldado-monje del Temple, sito en Llanes y en la puerta eclesial del Camino del Norte plasmado en una impresionante iglesia a modo de fortaleza como es Santa María del Concejo, pues no ha movido un ápice el interés de entre los historiadores.


Portada Sur Santa María del Concejo de Llanes


Por tanto, el campo de la investigación ha quedado más en manos de aficionados al estudio de la historia local y regional de corte religioso o caminero, que de alguna manera hemos sostenido, sin muchas pruebas, más allá de la fuerte convicción basada sobre intangibles leyendas, así lo han venido manteniendo escritores de la tradición mágica esotérica como Xavier Musquera o David Madrazo que recogen esa teoría templarista.



Camino de las Reliquias hacia el Camino Olvidado 

Hay que tener en cuenta que este revisionismo que realizo, en parte se debe a que hemos ido superando las lagunas historiográficas existentes, no hace muchos años no sabíamos ni que había Caminos de Santiago,  y menos que hubiera innumerables albergues peregrinos por nuestra tierra, aunque hoy nos pueda parecer extraño, pero los aportes investigativos de los historiadores profesionales en estas temáticas han puesto en valor el conocimiento y existencia de los Caminos santiagueros que nos atraviesan de Este a Oeste y de Sur a Norte, aunque queda mucho por investigar.

Hoy, por ejemplo, sabemos mucho sobre las innumerables fundaciones religiosas y monásticas, conocemos con bastante aproximación la organización del mundo visigodo y medieval, ese que sustentó todo este desarrollo religioso y caritativo a lo largo del complejo territorio asturiano, y comprendemos mejor los contextos históricos, y sus innumerables trampas, que las hay, y de todo tipo, prejuicios históricos, creación de míticas, falsificaciones documentales, etc.

Es claro a la luz de este desarrollo y conocimiento histórico, hay algunas cosas que no parecen encajar en esos complejos puzles de la historiografía asturiana, como es la existencia de templarios, al menos al modo y manera de establecidas bailías u encomiendas tal y como sucede en otras latitudes, incluso se nos hace raro hablar de la presencia de otras Órdenes caballerescas por estas latitudes.

Incluso se llega a poner en duda que hubiese comitivas templarias más o menos oficiales operando en estas tierras, más allá de la Orden de la Cambeadores que parece que hubo en la zona de los Mansoleas (Pimiamgo),  y que ha quedado como parte de la leyenda de los locos mansoleas, 

Sin embargo, su existencia parece una realidad, la cual se tiene recogida en Galicia dentro del contexto de la Caminos Jacobeos, y donde algunos de los monjes guerreros que por ellos transitaban se conocían también como los Caballeros Cambiadores, estos procedían del monasterio de Santa María de Loio, aquel que había restaurado el abad Quintilla en el siglo IX, y su oficio era dar asilo y protección al peregrino, para ello cambiaban la montura en determinados puntos del Camino de Santiago.

Tal vez lo que faltado en todo este contorno norteño es una literatura potente acerca de las presencias de las Órdenes de Caballería.


CAYENDO DEL CABALLO. LOS ANTONIANOS

 Por tanto, yo como Saulo, se puede decir que he caído del caballo, y es que hace no hace mucho tiempo cayó en mis manos una clave nunca manejada hasta entonces, como es el tema de los Antonianos o Antoninos.

Mi conocimiento sobre estos monjes que tuvieron sede en Castrogeriz (Burgos) bajo el techo de un importante Convento denominado de San Antón ha sido muy parco, sabemos que Castrogeriz fue sede de la Preceptoría General de los Antonianos en España. 

Fue un enclave fundado en 1146 bajo el patrocinio de Alfonso VII, siendo regentado por estos monjes hasta el año 1787, y cuya vocación era curar el Sacer Ignis (Fuego Sagrado de San Antón) llamado así con relación a aquellos que lo padecían, o sea los Desmenbrados, puesto que eran consumidores del pan de centeno que contenía del hongo del cornezuelo.

Los Desmembrados  

¿Pero en realidad quiénes fueron estos extraños monjes, más allá de lo comentado?

Fue esta, una congregación laica fundada por Gastón de Valloire y su hijo Girondo en 1095 mediante el concilio de Clermont y por la voluntad de Urbano II. El primero de estos dos nobles, el padre se cree que fue sanado debido a las reliquias de San Antón Abad, fundador este de los desiertos místicos en tierras maronitas. Su existencia se conoce también bajo el nombre de Hospitalarios de San Antonio, los cuales se entroncan en el aspecto religioso administrativo con la regla de San Agustín (Canonici Regulares Sancti Agustini Ordinis Sancti Antonii Abbatis).


Luego, en el año de 1218 pasaron a ser una congregación religiosa como tales Canónigos regulares, al igual que los hubo en la colegiata de Arbas (León) Camino del Salvador, o en la colegiata de Grandas de Salime) Camino Primitivo, habrá que profundizar en estas fundaciones.

 En 1248 estos monjes adoptaron la Regla de San Agustín y se constituyeron, ya como religiosos, en canónigos regulares (esto es, seguidores estrictos de la regla: vivir juntos en comunidad y tomar los votos de castidad, pobreza y obediencia), mediante la bula del papa Bonifacio VIII en 1297.[1]

Tuvieron prestancia por parte del corona ya que recibieron como poder pedir limosna en todo el territorio del reino, tal y como reza el privilegio de Enrique III (1369)  y confirmado por los Reyes Católicos: « ordenamos que los miembros de la orden puedan  andar y anden con Bacines e sin Bacines (bandeja para recoger limosnas)  por todos los reinos de Castilla sin que nadie se lo impida ni les exija tercio, cuarto ni quinto por razón alguna, antes bien, sean bien recibidos e les sean dadas las buenas pesadas seguros y desembargados de otros pesadores. 

Otrosí por quanto dicha orden fue y es fechura del rey Don Alonso, nuestro Padre y Nuestra; tenemos por bien que la dicha orden y sus bacinadores, Mayordomos y Criados, sean exentos y quiten de todo pecho y pedido e soldados, e menores, e servicio, de cualquier manera, se haya de dar e pagar en todos los nuestros reinos».

Esta cuestión de la petición de limosnas trajo algunos problemas entre las Órdenes mendicantes que reclamaban su espacio en las calles de las villas para pedir limosna con bacina.

En 1787 las Órdenes monásticas ya estaban muy menguadas y con escasa presencia en suelo patrio, ésta en concreto pasa a integrarse mediante edicto de 1791 del Papa Pío VI, mediando una petición de Carlos III su finiquitación, alegando entre otras cosas la falta de recursos económicos; falta de personal, y que la mayoría de sus miembros era laicos en su mayor parte con una ausencia continuada de sus casas por pedir limosna, etc.

Al final tras su final como orden, sus pocos miembros se integraron en la Orden de Malta y sus posesiones fueron repartidas en las iglesias locales y los ayuntamientos encargados de ese cuidado.

Aun así, con todo, sabemos que la Encomienda castellana, llegó a tener veintitrés casas-hospitales abiertas en: Castrogeriz, Valladolid, Medina del Campo, Toledo, Sevilla, Cuenca, Salamanca, Plasencia, Segovia, Córdoba, Toto, Benavente, Atienza, Talavera, Cadalso, Ciudad Real, Iruela, Albacete, Baeza, Cuevas, Alcalá la Real, Olite, Pamplona, Tudela, Zaragoza, Calatayud, Huesca, Valencia, Orihuela, Barcelona, Cervera, Lérida, Tárrega, Valls y Palma de Mallorca…luego hubo proyectos que no fraguaron: Llanes, Parres

Victor Guerra


[1] http://cofrades.sevilla.abc.es/profiles/blogs/la-orden-de-san-antonio-abad

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