EL CAMINO DE LAS RELIQUIAS. CAMINO REAL DEL PUERTO DE VENTANA: SAN EMILIANO-ARROJO

 

Ilustración 1Vista de las tierras quirosanas

Introducción.-

El olvido es una larga enfermedad que atenaza a muchos pueblos sumergiéndolos en una dura amnesia colectiva, en este blog hemos ido comprobando que gran parte de nuestra propia historia peregrina y caminera ha sido tergiversada, marginada y hasta olvidada, etc.

Una muestra de esa realidad lo tenemos en un significativo trazado que conocemos, y que se ha señalizado como una ruta senderista bajo el nombre de Las Reliquias, y cuyo recorrido no deja de ser paradójico, pues en los viejos cronicones siempre aparecen estos términos cuando se refieren a ella: «Incognitum, absconditum, occultum», referidas tales adjetivos tanto al supuesto trayecto como a las propias reliquias que según dicen transitaron por estos pagos.

Se ha escrito mucho sobre ese supuesto itinerario de los reliquiarios arrancados a los musulmanes, aunque la lógica y el sentido común nos dice que todos ellas tenidas por santas, creo que no debieron llegar todas juntas hasta nuestra norteña tierra, sino que debieron ir llegando por separado ya que debían de proceder de las varias y variadas razias sobre las tierras agarenas.

Ya el gran polígrafo Juan Uría, con respecto a este trazado por el que arribaron diversos vestigios de santos y vírgenes y cuyo periplo fue en parte recogido en el Liber Testamentorum, nos dice que este texto había sido manipulado por el Obispo Pelayo en beneficio de sus propia fe, intereses y los de sus mentores.


Ilustración Arca Santa de la catedral de Oviedo

Lo que sí parece cierto es que el citado arca había sido confeccionada en Jerusalén, según una inscripción que reza sobre ella «HEC SCRIPTVRA DOCET QVALITER ARCHA CVM MVLTORVM PIGNORIBVS SANCTORVM OVETO AB IHERVSALEM SIT TRANSLATA».

 Hay quien añade que tal reputado bargueño fue obra de los Apóstoles, y que de sus manos pasó a África, llegando más tarde a la gotorum toledana; sin embargo otro viejo texto como el Valenciennes, dice que dicho equipaje con los restos de santos y demás llegó del otro lado del charco mediterráneo hasta recalar en el puerto de Cartagena, y ya en tierras hispanas sin saber muy bien porqué, tal vez por la influencia Isdioriana tuvo una primera estancia en Sevilla de donde salió camino de Toledo para hacer su entrada en Asturias dado que reuníamos las premisas necesarias «tierra, fortificada por la dureza de las montañas, que no permite un fácil acceso a ninguno de los enemigos».


Ilustración 3 Capilla del Montsacro

Evidentemente estas condiciones no dejaban de ser un buen motivo para guardar las susodichas reliquias en esta quebrada región, cuyo tránsito no debió ser tarea fácil dado lo escabroso de algunos trazados y caminos, aunque según recogen algún viejo legajo pudiera ser que tal arca llegara por un puerto asturiano, pero en este caso marítimo, al que denominan como Subsalas, situándolo en la cercanías de Gijón.

Fuera como fuere, tales reliquias tras no pocas andanzas concluyeron su periplo en el monte morciniego denominado: Montsacro, lugar lleno de leyendas mágicas, cardos milagreros y la existencia de templarios y unos oscuros monjes eremitas, en el cual se escondieron tales tesoros santos bajo una densa neblina histórica que duró unos 45 años, para al final reaparecer en la vieja catedral de San Salvador de Oviedo. Siendo una pieza clave en la peregrinación hacia la sede Sanctis Salvatoris Oventesis.[1]


Digamos que hasta ese momento ignoradas reliquias de Oviedo irrumpen espectacularmente a partir de la solemne ceremonia de apertura realizada en el año 1075, que conocemos gracias a dos copias del acta realizadas en el siglo XIII. Regía la sede en aquella época el obispo Arias (ca. 1069-ca. 1093), que había llegado a la silla episcopal gracias a la intervención de Alfonso VI tras haber desempeñado el cargo de abad de Corias.[2]

Volviendo de ese relato de los trasiegos de las famosas reliquias, en este caso no me interesa tanto esta temática, que también, sino más bien el armazón del trazado que atraviesa la nebulosa alta edad media en cuyo transcurso hacia la edad media, Asturias pierde reyes y propio reino, tras haber tenido el gobierno de un Imperio de la mano de Alfonso II, o eso dicen, aunque como nos dice Soledad Álvarez: «El reconocimiento del valor de las reliquias de San Salvador en época de la Monarquía Asturiana queda reflejado en la construcción por parte de Alfonso III de una fortificación destinada a proteger su contenido, y la veneración que desde entonces se les profesa parece haber ido en aumento, alcanzando proyección fuera de Asturias al menos desde comienzos del siglo XIII, según se desprende de la mención a dos peregrinos extranjeros, «Andreas epicopus de Thracia» y «Gregorius discipulus ellius» en una donación realizada en el año 1012 a la Iglesia de Oviedo por la condesa Mumadonna».

 La devoción suscitada por las reliquias de Oviedo alcanzó en fecha temprana a la corte leonesa, que ya con Fernando I demostró una predilección por la Sancta Ovetensis recogida en la crónica Silense y que con Alfonso VI, la reina Urraca, Alfonso VII, Fernando II y Alfonso IX se tradujo en generosas donaciones para dotar de una infraestructura viaria y hospitalaria a los caminos asturianos, cada vez más transitados por peregrinos que unían la peregrinación jacobea con la ovetense, tal como hicieron personalmente los monarcas Fernando II y Alfonso IX[3]


Y aun así con todo, entramos en la edad moderna con un transversal recorrido que presumiblemente sirvió para diversos menesteres, desde el traslado de las reliquias sí es que vinieron por las altas tierras babianas y por las quirosanas arribar a Oviedo.

Trazados por los cuales se movieron autóctonos y forasteros, colonos y colonizadores, sin olvidar el movimiento trashumante de ganados y el sempiterno intercambio de compras y ventas de trajines y mercancías de los arrieros, y como no, también tales caminos y trochas sirvieron como soporte para el pulular de una densa mesnada de veloces mensajeros y circunspectos administradores de la corte: civiles y eclesiásticos, y como no, gente del común que recorrían cada época estival tales ramales para ganarse el sustento como segadores camino de las tierras maragatas, también por esas veredas hormiguearon vagantes, transeúntes, viajeros y hasta peregrinos se vieron por estos parajes.


Ilustración 4 Cuadro sobre reatas de mulas de los arrieros

Pese a esa sobreabundancia de pasos y pasantes, de este camino bautizado en el siglo XX como Camino de las Reliquias, poco se sabe, pese a que el propio patricio Jovellanos lo pateó y dejó sus impresiones en los pliegos de la época, pero de nada sirvieron tales desvelos, porque en el caso de este camino, este ha quedado a lo sumo como un trazado senderista a modo de un clásico GR, en este caso el 207, por cierto, tan olvidado como deteriorado tanto en su señalización aunque algo menos en su trazado, digamos que hay una ausencia cuasi total por parte de las instituciones pública sobre esta heredad caminera y peregrina.

Digamos que estas prefieren ir en pos de las nuevas como el Camín de los Santuarios, que parece rendir más ganancias políticas que andar zasquileando por trochas y caminos que a nadie parecen importarle como el Camino de las Reliquias, y es que además se produce un perverso efecto y que, al encajar ese recorrido regional, bajo la forma del GR-207, hemos perdido de vista su dimensión integral de unir puertos y destinos.

Y no deja de ser cierto que a veces nos quedamos enganchados en lo ripio y seducidos por lo local dejando de lado lo primordial o sea la integralidad de los territorios y los desarrollos históricos, y ello me lleva al magín de lo que he ido publicando en estas últimas semanas sobre los cuentos de la lechera que nos cuentan algunos estudiosos a modo de milongas, y a las cuales acoge con ahínco el emporio institucional asturiano, olvidando lo esencial, y quedando como en este caso enganchados en las blondas nieblas mistéricas y templaristas del Montsacro, no siendo capaces de trascender y ver la importancia de un trazado que va más allá de esa mítica montaña morciniega.


Ilustración 5 Los peregrinos del reportaje ante la Catedral de Oviedo

Hace unos años, mi Hermano Maki me pidió que le llevara de peregrinaje y dado que en aquellos momentos estaba en plena investigación sobre los caminos por los cuales el reino astur había utilizado para controlar sus amplios territorios, los cuales, en esos tiempos del Imperator, abarcaban toda Asturias, gran parte de las tierras leonesas, por supuesto la Gallaecia llegando sus fronteras sureñas hasta la misma sede bracarense.

Pues eso se me ocurrió ir a Santiago siguiendo la trazas del Camino de las Reliquias (GR 207), que tiene como eje vertebrador tanto el Camino de las Andruxas como el Camin Real de Ventana, y a través de ellos ganar los predios babianos para enlazar desde tales enclaves el valle de la Omaña a través de los pasos merinos de Abelgas y la Uz, entroncando así con el Camino Olvidado, donde viramos hacia Sancti Jacobus compostelano por la Fasgar y la aldea de Campo Moro Martín Toledano hasta entroncar en tierras ponferradinas con el Camino Francés. La verdad que fue toda una experiencia que plasmamos en varias entregas: NUESTRO PARTICULAR TRAZADO EL CAMINO DE LAS RELIQUIAS HACIA SANTIAGO

Es más, alguna que otra vez regresando de los periplos jacobeos por el Camino Francés al llegar a Ponferrada me he desviado para tomar el Vexu Camín, del cual deje en Riello para cruzar el monte los Frailes rumbo a Abelgas y San Emiliano, y desde aquí virar al Norte para entrar por Porcineru y Trobaniello a través de las diversas veredas en tierra astur hasta San Salvador de Oviedo.

El Camino hacia San Salvador de Oviedo

Lo cierto es que casi siempre miramos al Oeste, hacia Santiago de Compostela, sin embargo en esta ocasión lo haré realizando el camino a la inversa, o sea recobrando la vieja necesidad de visitar como fieles peregrinos, no tanto al siervo, o sea al apóstol Santiago, que para eso ya existen diversos trazados leoneses y asturianos, sino volviendo la mirada hacia el Señor, o sea hacia la Sancti Salvatoris sito en la ciudad de Ovieto, a donde se llega a través de los primeros trasiegos por los caminos de la mozarabía para una vez arribados a los páramos del Órbigo subir ribera arriba hacia Babia y por los pasos que dan lugar a poder hollar las tierras astures pues transitar con el espíritu franco y abierto.

La frontera leonesa y las Veredas salvadoreñas

Atrás quedan muchas leguas de camino y mucho andares por trochas, veredas, senderos y caminos hasta llegar a Omaña, bien se venga del Sur de la mozarabía, o bien del Este por el Camino Olvidado, o del Oeste a modo de retorno buscando los cómodos pasos cantábricos, dándonos de este modo de bruces con diversos vestigios salvadoreños, por ejemplo en Omaña nos encontramos viniendo del Oeste con la advocación salvadoreña en pueblo de Vegarienza, y un poco más allá en pleno cordel merino, en la aldea de Omañuela podemos contemplar la capilla de San Salvador, pasando por el mágico enclave de Pandorado para caer en lo fondero del valle omañense, o sea en su capital: Riello.

Desde Riello queda por subir de nuevo por la otra ladera para buscar el pueblo de la Urz camino de la parroquial salvadoreña de Bonella que ha sufrido varias modificaciones desde que se tiene constancia archivística en 1693.

Ilustración 6   Iglesia de San Salvador de Bonella

También tenemos la posibilidad de salir de Omaña no tan al Este, sino más bien desde Murias de Paredes y una vez en tierras babianas los inputs salvadoreños los encontramos casi que de frente primero en Cabrillanes, población fronteriza que da entrada a otro camino singular que baja por la Escrita y a través del valle somedano hasta declinar en San Salvador de Cornellana.


Ilustración 7 Iglesia de San Salvador de Cabrillanes

También en Babia y no muy lejos de Cabrillanes se encuentra otra singular iglesia dedicada a San Salvador y ubicada en el pueblo de Riolago.


Ilustración 8  Iglesia de San Salvador de Riolago

Camino del Puerto de Ventana

Pero para no perdernos en los sugestivos territorios omañenses y babianos, tomemos el eje que vertebra nuestro viaje, rememorando así los viejos trasiegos peregrinos hacia San Salvador de Oviedo, pero arrancando desde la encrucijada de caminos de San Emiliano.

Se parte de este enclave tomando la actual carretera LE-481 que nos lleva en primer término a la aldea de Candemuela a cuyo paso y antes de llegar al pueblo se haya la iglesia bajo la advocación de Santiago, la cual data de 1725, aunque no sabemos si antes hubo otro templo, lo cual es más que posible.


Ilustración 9 Dibujo de acuarela de la Iglesia de Santiago

Si bien la iglesia de cruz latina de dos tramos con torre cuadrada adosada es sencilla luego su interior los retablos son impresionantes, de notable estilo barroco, el principal de ellos está presidido por un Santiago Matamoros que se presenta blandiendo espada chorreante, se supone que de sangre sobre la grey sarracena.

En el interior del pueblo se hay una casona que tiene en su portada una cruz de Malta, lo que en parte motiva que algunos autores traigan a colación presencias templarias, cuyos miembros se les tiene como reunidos en un modesto monasterio sito en el pueblo. Pero no son más que leyendas.

A 1,5 km., de aquí y en dirección Norte nos hayamos en el enclave de La Cruz, que como otras tantas veces hemos visto, tal topónimo jalona las encrucijadas camineras, en este caso el ramal que va por la izquierda se dirige hacia Genestosa, pero nuestro camino sigue al Norte hacia el pueblo de Torrebarrio, cuyo topónimo nos traslada a la vieja función de las viejas torres y fortalezas como la de este pueblo situada en los márgenes de la calzada romana, y en cuyo promontorio denominado El Castillo se sitúa la iglesia parroquial dedicada a san Claudio, que se cree edificada en el siglo XVII pero y muy reformada.


La tradición ha considerado a Claudio como hijo de san Marcelo el Centurión. Entre las imágenes de los retablos destaca otro santo relacionado con los pasos peregrinos como es San Antón Abad.

Recuerdos de tiempos pasados, pero aún presentes y loque puede observarse en los diversos topónimos referidos a esta cuestión de los «moros o mouros», dado que por estas tierras pasaron las tropas agarenas, las cuales dejaron su huella, cuando Abad-al-Malik Abu al-Walid Hisham al-Rida general de Hixem I, en el año 795 pasaron a cuchillo a la gente de todo el valle llevándose los mouros a las señoras camino de los zocos cordobeses, siguiendo la tropas hacia el saqueo de Oviedo.

Volvemos a la actualidad, y salimos de Torrebarrio que en su tiempo estuvo atravesado por el cordel merino, este sin embargo hoy se coge un poco más arriba, a la altura del Pk.7 de la LE-481, se deja este para entrar a la derecha para tomar un tal ramal que sigue hasta las ruinas de la ermita de San Bartolomé, la cual depende de Genestosa.


Ilustración 10 Ermita iglesia de Porcinero

Más arriba se cruza la carretera para continuar por el cordel merino que por La Barga se dirige a otro singular enclave como es la venta y ermita de Porcinero, también denominada en la zona como Procineiro o Procinero..., enclave que se significa como venta y santuario que fue y situados en el lugar de Los Chamuergos, al lado del Camino Real, y lo dicho según «la tradición fue uno de los puntos de paso Reliquias hoy sitas en la catedral de Oviedo, como construcción se data la ermita de Nuestra Señora como de época medieval según se denota de los canecillos y la bóveda de cañón», y en cuyo viaje el patricio Jovellanos no encontró albergue alguno.

Tal enclave se conoce desde el siglo XV, que es la época cuando aparece en las crónicas de la zona como lugar de Pro-Cinero, incluso como Ciñera, haciendo referencia a una aceña, cenia, o molino harinero en el cauce que nace entre riscos, y en cuyo arisco enclave se dice que hubo un cenobio de Caballeros de San Juan de Jerusalén con hospital para peregrinos y transeúntes.

«La ermita [Porcinero]es de un tosco románico rural, con una ingeniosa puerta de madera de tres hojas, formando un semicírculo. El pretil del atrio muestra dos columnas cuadradas y el alero está repleto de modillones. El interior es de una sola nave con varios compartimentos: vestíbulo, cocina, horno, oratorio, asientos de piedra adosados a los muros, vivienda de monjes, arcos fajones, bóveda de cañón, todo con más de cien metros de superficie interior. En el interior se ostenta la cruz de Malta. Este santuario terminó siendo venta de arrieros, así se recoge en el legajo del Concejo sobre la venta durante la desamortización de Mendizábal de 1835».

Desde Porcinero sube un camino por encima de Suvecada hasta coronar el Puerto de Ventana, con un recorrido de unos 13 km.

A las puertas de Asturias. El Camino Real de Quirós.

En esa alta collada del Puerto Ventana, nos surgen dos alternativas una que va por la izquierda hacia Teverga pasando por San Salvador de Alesga, camino que fue sin duda secundario, aunque se conservan algunas referencias medievales como la siguiente: “camino que vien de Pando e va para Bavia” (Pando de Presorias, La Focella, 1402).

La principal dificultad radicaba en que desde Teverga el «Camino Real todavía tenía que acometer un pronunciado ascenso hasta el alto de Santiago de la Roza (1243 m), para desde allí continuar a la capital por Linares y la Barca de Godos (río Nalón). En el Puerto de Maravio esta ruta conectaba con un ramal que se separaba del Camino del Puerto de la Mesa en la Venta de Cueiro. La importancia relativa de esta ruta supuso la existencia en su recorrido de varias ventas (La Puerca, Linares, Godos, Sograndio) y de la Malatería de Linares. También se incluye una antigua conexión entre Teverga y Grado a través del concejo de Yernes y Tameza, ruta de gran interés paisajístico».


Pero nuestro deseo es poner rumbo al Este directos a la ciudad de Oviedo, y para ello hemos de irnos por el ramal de la derecha cuyo ramal nos presenta un trazado que arranca sin asfaltar y que se conoce como Camino Real de Ventana, y que el estudioso Pedro Pisa no solo nos avisa sobre la escasez de datos nos permitan definir este trazado como de origen romano, pese a que desde la Alta Edad Media parece haber tenido un alta usabilidad como trazado de paso entre ambas regiones.

Dicho geógrafo nos orienta sobre su desarrollo que basa en la facilidad con que podían transitar carros hacia Castilla, lo cual era el único de Asturias por el que era posible ese tránsito continuado de carros a Castilla. «En 1790 se solicita la reparación de un tramo de este camino en Santo Adriano, D. Joaquín Belarde escribe que a fin de que no solo puedan transitar las muchas cavallerias que por alli pasan sino también los carros y coches, porque no ignora vs. que por el mismo sitio han benido y bienen los que de Castilla se dirigen a esta ciudad».

Ya Juan Uría Ríu indicaba que a este paso le otorgaban un papel fundamental durante diversos episodios bélicos del Reino de Asturias pues en «el año 1496, los Reyes Católicos fijan el arancel “En el Portadgo de la Torre de Varrio”, en el que convergía esta ruta y el de la de La Mesa».


El trazado de este singular Camino Real de Ventana presentaba este recorrido: QUIRÓS: Puerto de Ventana (1586 m) – Ermita de Trobaniello (alberguería, 1520 m) – Vueltas de Garrafe – Braña de Fonfría (1170 m) – Posadorio (venta, 895 m) – Aº Valdecueva – Ronderos (Capilla. La Soberana, hospital, 625 m) – Pontón (río Ricabo) – Puente de Santa Marina (piedra, río Lindes, 477 m) – Bárzana (Ayto., 452 m) – San Salvador – La Fábrica – Arrojo (iglesia)».

Con este jalonado recorrido nos ponemos en marcha por un vez se pone en marcha desde el Boquerón de Ventana yendo en plano bajo la sombra de las cumbres de Busbudín, Beiforco y Socellares, luego dando vuelta al pico Comal que nos da paso a los Sierros de la Ganguina donde se haya la solitaria ermita de Trobaniello (1550mts) de cuyo equipamiento se dice que fue alberguería, y que según Madoz llegó a tener unas sesenta casas repartidas entre Bueida y El Posadorio, y que según el hiramista Fermín Canella su datación correspondería al siglo VIII, aunque el primer escrito del que se tiene conocimiento de la existencia de esta ermita es de 1564.


Ilustración 11Peregrino ante  la Ermita de Trobamiello

Del paso del patricio Jovellanos en 1792 por estos lares dejó este retrato « En lo alto de las revueltas se ve la gran cañada y montes que describen el concejo de Teverga. Ermita de Nuestra Señora de Trobaniello. El puerto alto, de excelente suelo, y donde se pudiera hacer un buen camino veraniego. A fuerza de subir y dar vueltas, se dobla la Peña de Parada, y sigue buen camino hasta encontrar el de Teverga, que se une en la garganta misma que hacen las alturas, y en una bajada, que acaso tomó el nombre de Ventana, acaba Asturias...».

A este paso del notable viajero gijonés se le dedicó un rendido un homenaje por parte de la Fundación Foro Jovellanos, que organizó una Marcha Jovellanista para dejar en una de las paredes de la ermita una placa con esta leyenda:

"En recuerdo de Jovellanos, Julio 1792.
Como homenaje al proyecto jovellanista desarrollado
por el programa Naturaleza y Cultura.
La Fundación Foro Jovellanos. Julio 2003"

Todos estos predios, nos dice Vicente José González García en su libro: El Camino de Santiago a partir de su origen en Oviedo «que las ventas de “Trubanuiellu, Pusadoiro, Ronderos, Rodiles (actual Malata) y las 17 iglesias señaladas en el documento de donación del año 891 pasan a ser pertenecientes al Monasterio de Santo Adriano de Tuñón junto con la iglesias de Santa Marina de Ambasmestras, Bárzana y Bermiego».

En la actualidad en Trobaniello o Trubaniello ya no queda en pie nada más que la ermita y un pilón de agua, y un poco antes de llegar al pequeño templo se pueden ver los restos de las cimentaciones de las casas y cuadras que tuvo el enclave.

Desde la ermita se acomete una bajada que da vuelta al Peón de San Justo, hoy la pista ya hormigonada en esas revueltas ya hormigonadas, nos permiten bajar hasta la cabaña de la Fonfría y su fuente que le hace justicia el topónimo de fonte fría.


Ilustración 12 Cabaña de La Fonfría

Justo frente por frente a la cabaña llega el trazado del Camino Real de Ventana que ataja terreno entre el Cogollo y las Vueltas, que deben ser las que se bautizan como los Garrafes, y que confunden con las surgencias de los Garrafes que están más abajo, que por cierto tal topónimo responde a buen seguro que a la mozarabía  que atravesó estas tierras, de hecho el profesor Gómez Moreno encuentra como topónimo «Garrafe» en tumbo legionense del año 989 y cuya filiación arábiga parece indudable nos dice Juan Uría Ríu.


Pues se deja la pista para tomar el camino real que sale frente a la cabaña de la Fonfría abriéndose paso entre las laderas del Monte del Coto, pasando por entre la majada de la Foix y el Monte Parada, para ganar el significado enclave de Rochaviaos, hasta llegar al desvío que nos lleva a la aldea de Bueida, se deja de lado y se sigue por la traza principal del Camino Real que va por la soleada ladera de la Granda Muchida que baja cordal de Alto de las Vegas, y por ella se abre paso el Camino Real por viejos tramos donde se puede ver los trabajos pétreos para conformar sólidos firmes por los cuales circulaban acémilas y carretones. En algunos puntos podemos apreciar el ancho de la vieja traza que tuvo esta infraestructura caminera.

 El Camino Real nos conduce valle abajo sin perder la ladera occidental del valle y que nos lleva hasta el Posadorio con una ramal de bajada que va hacia el pueblo de Ricabo cruzando el río Congas.


Ilustración 13Desvío de Ricabo y Buedia

Tanto en Bueida como en Ricabo se aprecian testigos de los viejos poblamientos humanos que hubo durante diversas épocas. En Bueida hubo un monasterio en cuyas inmediaciones se dice que hubo una encomienda templaria, pues durante una excavaciones arqueológicas se descubrió una necrópolis medieval y en ella unos enterramientos que parece ser pudieran ser de origen templario.

Dicen los expertos que se «descubrieron un enterramiento del medioevo a unos cuarenta centímetros de la superficie apareció una tumba marcada por lajas laterales con un esqueleto en su interior. El estado de conservación no es muy bueno, se aprecia la figura y los huesos principales, los huesos pequeños de las manos y pies desaparecieron. No se encontró ningún objeto perteneciente al finado. El cuerpo, siguiendo las costumbres de la época, tiene la cabeza orientada al Oeste y tiene una estatura de 1'70 metros. En la tumba se aprecia otra mandíbula y más huesos pertenecientes a otro individuo, lo que delataría el aprovechamiento de varios enterramientos a lo largo de los siglos. Al lado del hallazgo aparecieron más restos de otras tumbas».


Si mal no recuerdo Rodríguez Campomanes hablaba de posesiones templarias en el valle de Quirós dependiente de las bailía o encomiendas castellanas, tal vez de ahí derive la leyenda de templarios por estos parajes, y  aunque las crónicas apenas sí hablan de peregrinos no sería extraños verlos cruzar en su momento, como yo mismo lo hice hace  años, que lo hiciesen aunque paradójicamente no existen relaciones de pasos o presencias de peregrino, o la menos igual no le hemos prestado una especial atención a estos tránsitos, aunque la toponimia y la presencia de diversos inputs nos hablan de esa presencia poco reconocida o estudiada.

En ese descenso por el Camino Real de Ventana tanto Santa María de Bueida como San Bartolomé de Ricabo quedan fuera del recorrido, sus templos, sobre mamera el de Ricabo por su amplia estructura apenas si contienen restos de los anteriores.

Se sigue por el trazado principal que sigue bajando a la sombra de los cocorotas de los picos Oteiro y La Sierra hasta concluir en el primer poblamiento asturiano, o sea en la aldea de Ronderos donde se haya la ermita de la Virgen de nuestra Señora llamada popularmente La Soberana cuyo patrono del santuario no era otro que el cabildo catedralicio ovetense.


Ilustración 14 pueblo de Ricabo

En dicha localidad tenían solar ya de antiguo los Fernández de Ronderos «buenos y principales hijosdalgos», dice Vicente José G. García, que además de la torre, hubo un palacio, un hospital de peregrinos, capilla y una escuela de primeras letras, y que en la archivística nos indica que en 1683 se vuelve hablar del hospital y del hospitalero, lo mismo sucede en 1704 donde se menciona Trobaniello, el santuario de Ronderos y la cofradía, ya que Virgen de Trobaniello se bajaba en los inviernos bien a la ermita de Ronderos o la iglesia de Ricabo.

En cuanto a los equipamientos de caridad, sabemos que en el año de 1814: «La Casa y Corral de la Alberguería, o sea el Hospital era un simple albergue de Peregrinos en que nada más se les da cubierto y caldo y pajar...el cual está expuesto a incendio por falta de divisoria de este», y así se cita hasta 1824 que se habla de nuevo de la alberguería de Trobaniello y otros dos edificios en Ronderos, de lo cual no queda existencia alguna.

Desde Ronderos se sube hasta la iglesia de San Vicente de Nimbra que poco nos ha de decir ya que se trata de una construcción moderna, pese a la presencia de las gentes del bordón que debieron de tener su peso, ya que Sebastián Miñano y Bedoya en su Diccionario geográfico de España y Portugal, nos habla de que existían en el lugar «dos alberguerías para pasajeros», ya que hubo un templo anterior  que en enero del año 905 se recoge en el Libro de los Testamentos un documento por el cual donan  a la iglesia de Oviedo la «ecclesiam Vicencii de Limbra cum suis adiacenciis», Alfonso III y Doña Jimena.


Ilustración 15 Iglesia de San Vicente de Nimbra

Seguimos el GR-207 que bordea la monumental iglesia en subida por entre las casas parroquiales  hasta dar con la otra vertiente del promontorio y  por la cual sigue el Camino Real que nos da paso a la aldea de Villamarcel, pues supongo que bajar al valle era enfrentarse al cruce del río pues ya el susodicho Miñano nos hablaba de varios puentes de piedra entre Ricabo y Santa Marina, por tanto, se entra en Villamarcel donde encontramos a la entrada la ermita del Carmen, luego al atravesar el amplio caserío encontramos varias casas hidalgas y una capilla adosada a un palacio totalmente arruinada.

Em Villamarcel no sé si era camino o no, pero se sigue por el acceso rodado que nos lleva a otro input jacobeo, casi que totalmente desconocido para los jacobitas astures, como es la ermita dedicada al protomártir Santiago, y situada en la aldea de Coañana, poblamiento que entró en el lote de la famosa donación de enero de 891 de Alfonso y Jimena al monasterio de Tuñón, cuyo traspaso ofició curiosamente Sisnando de Iría


Pues bien en dicho templo bajo la advocación de Santiago, lo cual está datado como del siglo IX , aunque la actual capilla sea del siglo XVIII, y la cual contiene una curiosa representación de Santiago Matamoros y otra de un Santiago peregrino.


Es curioso porque dada la nebulosa santiaguera que hay del siglo IX , esta ermita sería de las primeras que existieron en territorio asturiano y coetánea de la iglesia de Santiago de Gobiendes.

En dicho pueblo nos encontraremos a su vez con el palacio de los Álvarez del Manzano, que se haya medio en ruina, aunque estos dejaron huella en varias casonas de buen porte, aun hoy, como La Casona de D. Rogelio, del s. XVIII, la cual tiene sobre el portón adintelado la siguiente inscripción: Ave María (símbolo) Purísima / Año de 1781.

Esta fecha es posterior a la que aparece en la inscripción de la puerta de la casa, donde consta que D. José Álvarez Manzano y Dª. Antonia Velásquez y Banzes (su mujer), la erigieron en 1772.


Ya desde Coañana nos bajamos de nuevo por el acceso rodado a la capital quirosana: Bárzana con su templo dedicado a San Julián, y no pasaremos mucho tiempo sin tropezarnos con el inevitable escudo de armas de los Bernaldo de Quirós repartido por entre todos esto núcleos como buenos señores que fueron de estos territorios.

Se sale de Barzana por la carretera general para ganar al poco el enclave de San Salvador muy cerquita de los restos del Castillo de Alba, entrando de esta manera en San Pedro de Arrojo donde también nos encontramos a los Bernaldo de Quirós presidiendo su insignia pétrea un palacio marquesal levantado en el siglo XVII-XVIII conocido como Casa de Quirós donde no podía falta el sello nobiliario en piedra y el clásico  lema «Después de Dios, la Casa de Quirós», dicho solar había sido levantado por Gutierre Bernaldo de Quirós Carreño y Alas, al que Felipe IV le había sido concedido el marquesado de Camposagrado.


En sus inmediaciones la iglesia de San Pedro de Arrojo, templo que fue levantado sobre otro anterior ya citado en el siglo IX.  La nueva iglesia tuvo remodelaciones en el siglo XII y también en los siguientes pues sufría problemas de cimentación. Esta fue convertida en iglesia patronal de la poderosa familia ya citada, que puso sobre el frontal del templo su escudo.

Recientes excavaciones en San Pedro de Arrojo, demuestran una mayor nobleza en los materiales utilizados como bien demuestran los sillares escuadrados, la riqueza decorativa y el ábside semicircular, en la parte Oeste del templo se haya una bonita portada con tres arquivoltas decoradas con motivo geométricos, ¿Tal vez mozárabes…?


Sobre esta fachada encontramos los canecillos más eróticos de la zona, desnudos y exhibicionismo son sus ingredientes. En el interior un arco de medio punto, capiteles sin trabajar y diversas pinturas murales que se fechan entre el siglo XV y XVII

Victor Guerra


[1] Las versiones son varias y un acercamiento a ellas la podemos encontrar en el texto de profesor José Carlos Martín-Iglesias El Catalogus reliquiarum ecclesiae Ouetensis (Díaz 722): nueva edición y estudio de las tres versiones conservadas .  https://journals.openedition.org/e-spania/39420

[2] Alonso Álvarez, Raquel. Tocius Hyspanie presido et saluti asistencia. La protección del Reino, de Santiago al Arca Santa. En Los Reyes de Asturias y los Orígenes del culto a la tumba del apóstol Santiago. Ediciones Trea. 2017.

[3] Álvarez Martínez, Soledad. La peregrinación, el Arca de las Reliquias y su influencia artística en san salvador de Oviedo en el siglo XII.

Comentarios

  1. Victor, eres una enciclopedia , lo leo y me cae la baba.

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    1. Bueno, es un labor de estudio, investigación y lectura. y poco más

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  2. Sin menos cabo de apreciar la fluidez de la narrativa que lo involucra a uno paso a paso, y sobre todo la lucidez del conocimiento, a uno lo hace conocer el pasado a estos momentos, que los tiempos no emigraron sino que se hicieron rancios para contemplarlos con el buen tino de las imágenes y narrativa. aunque no soy Español pero conocer estos espacios históricos de ella. nos hace conocer su gente y sus pueblos y construcciones. Felicidades por tu trabajo

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    1. Si con todo ello doy una certera idea de esos caminos y sus usos, me doy por contento y con el salario ganado.

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  3. Es de agradecer la promoción y puesta en valor de esta olvidada ruta. Mucha historia se desarrolló en ese camino. En mi opinión es muy importante también respetar la toponimia de los distintos lugares. Hay varios nombres incorrectos y si antiguamente y hasta la actualidad se habían conservado, debemos respetarlos.
    Muchas gracias. Saludos

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    1. Si es posible que lo haya, pero debes tener en cuenta que manejo cartografía que todos usamos y ese debate pues queda pendiente, pero entre Meviego que era el antiguo nombre y Bermiego, pues me quedo con el último, en todo caso os queda los autóctonos rescatar esa toponimia , y hacerla patente

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