DE SAN SALVADOR DE OVIEDO A SANTO TORIBIO DE LIÉBANA (Año Jubilar 2023) de Nava- Villamayor- Cangas de Onís
Dia 9 de Abril. 3º Etapa Nava-
Villamayor
Llegados a Nava y repuestos de
la rutas traídas desde Oviedo, ahora quedaba afrontar el recorrido hasta
Villamayor que no presenta problema alguno hasta la salida de Ceceda hacia
Villarriba el Camín de los Santuarios se va en la salida hacia Ceceda a
los predios de Vegadali, y salvo el puente medieval, apenas si presenta novedad
alguna el recorrido yendo casi todo el por asfalto teniendo que cruzar a pelo
la circunvalación de Nava por lo cual se planteó la alternativa de irnos hacia
Villamayor por Buyeres y el molino de Fraynoquiso para ganar la altozana aldea escabechera
de Ceceda a través de su amplia vega.
Del viejo monasterio de monjas de San Bartolomé, apenas si queda su recuerdo, y los pocos restos que existen , no están en la monumental iglesia naveta, sino en la capilla del Cementerio de Nava, al que entramos para ver sus restos, el amigo Dani y yo mismo, el resto de los compañeros se fueron trazado adelante sin saber muy bien hacia dónde.
Reagrupados nos encaminamos por
detrás de las instalaciones deportivas navetas para andar unos cuantos
kilómetros por caminos de tierra hacia la aldea de Buyeres, que será las que
nos de paso a un largo tramo de asfalto hacia el famoso molino de Fraynoquiso,
cruzando con cierto cuidado la carretera que va al famoso manantial de
Fuensanta.
Una vez en el molín citado, tuvimos la suerte de encontrar el bar abierto, y por tanto reposar en él recreándonos en la curiosa historia que conllevó la maquila de dicho artilugio, cuyo molinero tras renunciar a los hábitos luego tuvo unos dieciséis hijos, fruto de los matrimonios con los que contó. Toda una prole.
Ilustración 16 Familia del Fraynoquiso
Del complejo molinero salimos
con la intención de ganar el famoso pueblo de Ceceda, no solo por los
Encuentros políticos de Campuloto, sino porque en su tiempo se dio un incidente
que dotó al pueblo del mote de escabecheros, a resultas de un barril de salazón
que llegó al pueblo y que nadie recogió y cuando ya concluyeron los plazos, se
decidió abrir el barril para repartir su contenido entre el poblamiento, y he
aquí que el abrirlo encontraron en el seno del barril el cadáver de un paisano.
Pero aparte de este desdichada
anécdota el pueblo de Ceceda cuenta con suficientes elementos para una gira por
el pueblo, una capilla interesante, la iglesia nada que destacar, pero el
pueblo cuanta con algunos bellos rincones, y notables edificios como la casona
de Llamedo, de matizada arquitectura afrancesada y sus parte posterior que nos
muestras una interesante puerta Arc Dèco.
Ilustración 17 Casona de Llamedo
En Ceceda se retoma el trazado
del, para irnos hacia el Caneyu, donde cruzaremos un viejo pontón romano, para
subir por una estrecha senda hasta la localidad de Villarriba. Un trozo de
camino interesante.
Ya en Villarriba y en
Villabajo, de nuevos los templos religiosos, muy modificados y hasta
descontextualizados, Ermita d Guadalupe,
pero que son buenas atalayas sobre el valle aledaño que forma el paso del río
como la iglesia de Santa Eulalia. Se baja hasta cuyo cauce hasta el lugar del
Rabión, no si antes contemplar algunas bellas casonas de indianos, convertidas
por lo general en alojamientos turísticos como La Casa del Viajante, o La
Ventuca o Villa Benita « Construida para el matrimonio formado por Antonio
H. y Benita Huerta Fernández que fueron emigrantes en Cuba. La casona era
utilizada como casa de verano ya que a su regreso a España y debido a los
problemas mentales que padecía él vivían habitualmente en Madrid. La casa la
debió construir el maestro de obras local Manuel Huerta».
Ilustración 18 Villa Benita
Seguimos nuestra ruta hacia la
aldea de El Monte dejando de lado Ermita de San Pedro, para cruzar la Nacional
634hacia las casa de Migoya, y ya por el recuperado tramo que acompaña al río
Piloña se llega sin problemas hasta el Santuario de la Cueva, que es uno de los
grandes inputs de este recorrido mariano.
La Cueva siendo domingo, estaba
a rebosar, por lo cual cuando llegamos ya nada quedaba en los chiringos para
comer, o sea que tras la visita de rigor y las oportunas fotos, nos pusimos en
marcha para dar cuenta de unas suculentas hamburguesas en la cafetería Ransés,
siendo domingo ya casi que más de las tres de la tarde ya todo estaba
cerrado, por tanto tras la pitanza seguimos camino hacia nuestro lugar de
reposo que no era otro que Villamayor.
Pue subir a visitar lo que
queda del monasterio que rigió todo este poblamiento y tránsitos arrieros San
Juan de Berbío, era mucha la subida y el desvío aunque por en medio quedara ver
las ruinas de la iglesia de San Cipriano fundada en el siglo XVI.
Ilustración 19 Poniendo una vela a la virgen de la Cueva
De Infiesto se sale hacía del
Horrín donde se puede contemplar el viejo casoplón del siglo de los Argüelles
Meres (s. XVIII) para seguir hacia La Reboria y tomar el trazado propuesto por
el programa de Camin de los Santuarios que por un viejo trazado muy desconocido
nos sube a la altozana aldea de Melarde para desviarnos ya en bajada por Les
Mates cruzar el arroyo de Valomero y ganar la aldea de Argayo para bajar ya
directamente a Villamayor, donde no queda otra que descansar.
Ilustración 20 peregrinos en Melarde
Y tras una sidra o cerveza
dependiendo el gusto, nos despedimos de nuestra amiga Mónica L. Pato que
regresa a casa para reincorporarse el próximo viernes en Sotres pasar a la
cena, pues al día siguiente hay jornada hasta Cangas de Onís.
Ilustración 21 Peregrinos hacia Santo Toribio: Armando Cofiño, Dani Pérez y Joao Pedro Gonçalves
Dia 10 de Abril. 4º Etapa
Villamayor- Cangas de Onís
Habiendo descansado
convenientemente , dedicamos la primera hora de la mañana para visitar los
rincones de Villamayor y los restos de lo que fue el monasterio de monjas de
Villamayor, aquellas que el obispo Gutierre de Toledo perseguía con tanta saña.
Ilustración 22 Restos del Monasterio
de monjas de Villamayor
Como nos indica Covadonga
Cañas: « Hagamos un poco de historia. Entre los años 1377-1389 aparece como
obispo de Oviedo don Gutierre de Toledo, pero ¡no el famoso fundador de la casa
de Alba (que obispo fue, sí, pero de Palencia)! Nuestro don Gutierre de Toledo
gozó del favor del rey Enrique II, que le hizo capellán y canciller mayor de su
“wife”, la reina Juana, y cuando, allá por 1376 (año en que nacería el rollizo
bebé iniciador del linaje de la casa de Alba) queda vacante el obispado de
Oviedo por óbito del prelado don Alonso, nuestro odiado protagonista (el mío al
menos) se hace con la plaza gracias a sus estupendas relaciones con el monarca,
relaciones que se mantendrán con el sucesor, el rey Juan I. Si entráis a
cotillear en España Sagrada: tomo XXXIX, De la santa iglesia exenta de
Oviedo desde el medio del siglo XIV hasta fines del XVIII, veréis que se da
buena cuenta de las andanzas de este obispo y de cómo fue adquiriendo
posesiones, para la Iglesia ¡claro!, aunque... hay cosas que te chocan cuando
lees lo que se dice en su testamento en cuanto a sus bienes y pertenencias).
Si buscáis información por
internet y en algún que otro libro, leeréis, por aquí y por allá, que el monasterio
de Villamayor fue disuelto por conducta disoluta. Pero... ¿no os apetecería
indagar un poquito más? ¿Realmente uno se conforma con la descabellada idea de
que ¡¡¡¡todas las monjitas!!!! de un convento fueran acusadas por Gutierre de
Toledo de quebrantar los votos de pobreza, obediencia, y de ¡¡pública
exhibición de su vida sexual? Incluso llegaría a creerme las primeras
acusaciones, pero ¿la última?, ¿las monjitas?, ¿todas ellas?
Las abadesas de Villamayor
tenían absoluto poder sobre cualquier asunto de la abadía (casualmente (¿¿??)
todas ellas procedían de importantes familias de la zona, y ya sabemos todos
que el que una mujer noble entrara a formar parte de la vida monástica
redundaba en gran beneficio del monasterio gracias a las cuantiosas dotes).
Tenemos, por un lado, control absoluto de las abadesas sobre su abadía,
dinerito y propiedades (¡¡golosito, golosito!!). Y por otro lado tenemos a un
obispo, don Gutierre de Toledo, que realizó tejemanejes a troche y moche para
hacerse con todas sus propiedades…».[1]
Realmente es apasionante todo
este tejemaneje con las monjas del valle meso terciario, las de San Bartolomé
de Nava, donde fueron recluidas las de Villamayor, y también la de Dueñas…,
todas ellas terminaron recluidas en las Pelayas de Oviedo, donde a buen seguro
que la abadesa debiera ser de armas tomar para cargar con tanta rebelde de
noble abolengo y tan resueltas como descocadas. Pero en fín los dineros y las
propiedades no debieron ser pocas las cuales fueron repartidas entre el cabildo
catedralicio, las Pelayas y el monasterio de Valdediós.
Ilustración 23 Capiteles de Santa María de Villamayor
Ante el ábside y la portada de
Santa María de Villamayor con sus capiteles y canecillos, algunos de ellos
desvanecidos por la acción del tiempo sobre la dulce piedra arenisca que deja asomar
la escena del caballero que ya llevamos viendo de forma recurrente en varios
lugares: Argüelles, aquí en Villamayor, y luego y ya de forma definitiva en el
monasterio de Villanueva.
En los canecillos de Villamayor
campean varios escenas repetidas del Hombre Verde « Para los celtas, el
Hombre Verde era una deidad benéfica y de carácter alegre, vinculada al paso de
las estaciones y, por extensión, a los ciclos de muerte (invierno) y resurrección
(primavera). Está asociado a los árboles y a la creencia céltica de que los
dioses vivían en el interior de ellos, así como a la representación tradicional
del árbol de la vida. Se le considera relacionado a Cernunnos,
siendo tal vez una misma entidad.
Ilustración 24 Canecillos de Santa María de Villamayor
El Hombre Verde comparte rasgos con el Baco romano quien, además de estar también vinculado a cultos mistéricos, suele aparecer representado como un rostro creado a partir de elementos vegetales, en su caso de parras. Otro personaje con el que comparte su representación iconográfica es Silvano, dios romano de la naturaleza virgen. En el mundo cristiano, el rostro del Hombre Verde se representaría como parte de los grutescos que adornaban las iglesias. Si bien es cierto que esto pudo ser algo casual, hay quien le ha tratado de atribuir una simbología especial».[2]
Tras la contemplación de estos
bellos restos, un vuelta por el pueblo, para dar la espalda al recorrido del
proyecto que hasta ahora nuestros hospederos desconocen en toda su dimensión y
connotación, nadie se ha preocupado de comentarles el proyecto, las
necesidades, etc. De ahí que queden muy sorprendidos cuando les pide que te
sellen una credencial.
Tal es así que en Ceceda los
gestores de la biblioteca del pueblo sondearon la posibilidad de realizar una charla
sobre tal proyecto para que en el pueblo se conociera de que va esto del Camín
de los Santuarios, que por cierto a FITUR el gobiernos no llevó ni un simple
folleto sobre tal propuesta caminera y peregrina, lo cual demuestra el interés
que existe en la promoción de la cuestión. Valió para cortar la cinta y para
poco más.
Ilustración 25 Palacio de Sotiello
Tras la visita a los rincones
de la villa nos fuimos no por donde propone el programa, sino que acompañamos
por un rato al río Piloña en dirección a la aldea de Antrialgo para cruzar de
nuevo la Nª 634 y colocarnos a la vera del Palacio de Sotiello, para de este
modo entroncar con el recorrido del Camín en la aldea de La Piñera para
bajar hacia San Pedro de Sevares, y pasar por detrás de la villa cuyo alter ego
es la factoría de la Nestlé tras esta allá la fondo el Palacio de Sorribas y
más atrás el gran promontorio montañoso del Sueve.
Ilustración 26 Variada Señalética
El recorrido sigue rumbo al
Este, integrándose en otro jalonado como GR-109 Asturias Interior al
llegar a Villar de Huergo, más el otro que proveniente de Gijón se incorpora
como Camín de Covadonga y tras cruzar la carretera de Llames de Parres
desfilan por el trazado conocido como Camín de la Reina, debido a una
visita que Isabel II (La Chata) realizó a Covadonga en el verano de 1858, y
utilizó este camino que se dice que fue creado en época romana por la Legio VII
en el 657, para comunicar Suances con Llanera.
En la trepada hacia Llames de
Parres, nos encontramos con una extraña iglesia dedicada a San Martín de
Escoto, y de origen prerrománico y que expone encima de su portada Oeste yo
creo que la primera representación pétrea de la Cruz de los Ángeles.
Ilustración 27 Representación pétrea de la Cruz de los Ángeles
Esta iglesia que se cree que
procede en parte de los restos del otro monasterio que el obispo Gutierre de
Toledo echó abajo, el de Soto de Dueñas recluyendo a sus monjas primero en Nava
y luego en Oviedo.
La iglesia muestra algún que
otro símbolo en la portada Oeste, y lo curioso es que su advocación queda clara
a la hora de denominarla San Martín de Tours, dicho apellido se perdió con los
tiempos y aunque era una iglesia dentro del ex coto de las “dueñas” de Soto, al
final por corrupción cotidiana de los pueblos quedó como San Martín de Escoto.
Ilustración 28 Armando y Joao ante la iglesia de San Martín de Escoto
Mis compañeros estaban ya
fatigados de tanta monserga cultural y enfilaron hacia Llames de Parres, pero
nuestro gozo en un pozo, pues siendo
lunes, y habiendo habido mercado dominguero en Cangas, todo está cerrado, o sea
que la idea de darnos un respiro en la Venta de Llames, se quedó más bien en un
deseo.
El trazado cruza los predios de
Viabaño en convivencia con los otros recorridos hacia Romillo y Romillín, hasta
alcanzar la ermita de San José, donde se sigue hacia el enclave de Vaqldefaes, donde el grupo se dividió en dos,
unos nos fuimos por Las Matas hacia la
aldea de Sobrelapiedra, y Armando y Joao se fueron por los Coros hacia el
monasterio de Villanueva, donde quedamos en vernos.
Ilustración 29 Victor Guerra en San Bartuelu (foto Dani Pérez)
Por nuestra parte, Dani y el
que suscribe, nos fuimos a visitar el poblamiento de Sobrepiedra para luego
bajar a visitar la ermita de San Bartuelu tan solitaria como evocadora dada su
ubicación sobre el río Sella, y cuya propiedad debió corresponder al monasterio
benedictino de Villanueva, antes de llegar a ella un complejo fabril molinero
en ruinas que también fue parte del monasterio.
Ilustración 30 Dani Pérez ante la fuente de
Las Rozas
Como todo en Las Rozas, estaba
cerrado, tomamos el camino fluvial que acompaña al Sella para entrar por la
parte del ábside de la iglesia monacal, y sin más detenimiento nos fuimos al
restaurante del Parador, donde saboreamos sus buenos bocadillos que junto con
unas cervezas y unas sidras nos deleitamos todo el grupo en amor y compañía,
unos partieron raudos y veloces para la pensión Fermín de Cangas de
Onís, y otros nos entretuvimos un buen rato en contemplar diferentes espacios
del Parador, como la Fuente del monasterio. El claustro, y su patio, y como no
su iglesia y el decorado ábside de la iglesia, que dejaré para la próxima
entrega.
Ilustración 31 Un momento de relax del viaje
Y nos dirigimos hacia el
alojamiento en Cangas, y tras ello una vuelta por la industriosa vida canguesa,
donde cenamos como dios en casa de una viejo conocido: El Chispa, una
sepia que estaba muy bien.
Y con esto nos fuimos a la cama
que la próxima etapa se prevé larga y dificultosa.
Victor Guerra
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