DE SAN SALVADOR DE OVIEDO A SANTO TORIBIO DE LIÉBANA (Año Jubilar 2023) Etapa Arenas de Cabrales a Sotres . (Calzada de Caoro)
Veníamos más o menos siguiendo el
Camín de los Santuarios/ Vereda de los Francos, hasta llegar a Arenas de
Cabrales, donde el camino toma diversos sesgos.
Es cierto que la vieja calzada “romana
“ de Jana, en la Llosa de carreña se le da la espalda, pues ello nos supondría
irnos directos hasta la aldea de Arangas, que apenas si tiene servicios más allá
del bar tienda, y además el trazado del Camín de los Santuarios que viene por
la carretera de Arenas a Arangas, tampoco nos satisface mucho pues hasta Panes apenas
si tiene servicios.
la vieja esculina de ante Sanjuan
Por cuyo motivo miramos al Sur, ya situados en lo fondero del valle cabraliego, para seguir en este caso hacia los valles lebaniegos que se alcanzan tras trepar por entre los cumbrales del macizo Oriental de los Picos de Europa, donde se abre una vía conocida como la Calzada Romana de Caoro, de esto y de su dificultad ya había avisado a los compañeros.
A pesar del frío de la noche anterior
y de la presumible rociada de nieve que dejó por las majadas, nos pertrechamos
para un corta etapa, no más de 19 km, pero que nos pondría en Sotres a 1.050mts de altitud.
Ya casi saliendo del Hotel, tanto
Armando como Joao, optan por subir en taxi hasta Poncebos, y a continuación subir
a la vera del río Duje por la carretera hasta Tielve, para luego coger el Camino
de la India a Sotres, ya que el camino de Caoro les parece muy duro.
Lo cierto es que pese a su definición
como Calzada Romana, tal vez habría que denominarla como lo hace el
maestros en estos temas Pedro Pisa, Camino(s) Real de Liébana, pues no
parece que haya muchos testigos arqueológicos que atestigüen esa antigüedad, (las piezas fechadas de
período romano localizadas en el entorno de esta calzada son una moneda
correspondiente a un gran bronce de Marco Aurelio hallada en Bulnes, un dardo
de hierro descubierto en la vega de Urriello y una lucerna localizada en las
minas de Ortiguero).
Que tengamos conocimiento de que
hayan sido tales trazados pisados por legiones romanas son aseveraciones sin
mucho fundamento, en todo caso es muy posible que su estructura antigua como camino
armado, del que todavía quedan restos de esas trazas, pues haya originado
ese calificativo de “calzada romana” a lo que también ha contribuido los
trabajos de difusión montañera al trocear los recorridos, perdiendo de este
modo las historiografías de la continuidad.
Sobre tal vía se pronunciaron los estudiosos Bellmunt Traver y F. Canella Secades quienes indican que el «paso de la contienda romana por la zona y las huestes del pueblo-rey para dominar a astures y cántabros, quedando Cabrales como testigo de la calzada que desde Arenas sube a Caoro, por Sotres y Áliva hacia Valdeón en León o Liébana en Cantabria».
Esa calzada sólo parece haber servido para uso ganadero al menos en los términos de Cabrales, salvo que ampliemos el foco y le
adivinemos la continuidad a través de
los puertos de Bejes poniendo en comunicación los valles palentino con Potes con
Cabrales y el Oriente de Asturias, sin olvidar el papel de otro importante
ramal como era el de Áliva que unía la comarca leonesa de La Reina con Cabrales.
Fuera como fuera, esa era la
cuestión que en parte íbamos tratando camino del arranque de la Calzada Romana de
Caoro, y que en apenas unos minutos íbamos afrontar el compañero Dani y yo mismo una
vez despedidos el resto de los compañeros de peregrinación.
La subida con la mochila al
canto, casi que con cámara unos 10 kg se hacían de rogar, y al tener la Gregory,
la espalda grande pese a ser una talla S pues era incómoda de llevar, pero
bueno con calma y más cuando el compañero ponía en práctica eso Quaerens me
sedisti exspectare me.
Entrar en la famosa Senda de Caoro, es dar un paso adelante y colocarnos unos centímetros más arriba, al final al poco de empezar a subir ya teníamos una preciosa vista sobre el valle de Arenas y las sierras que lo circunda como el Puerto de Naja y Juan Roble y la Sierra del Cuera.
Lo cierto es que mientras íbamos subiendo
estábamos a cubierto de los fríos vientos y temperaturas que asolaban las
cumbrales de Portudera, y sobre todo cuando se dejan atrás las majadas primeras,
y nos colocamos en la Tambrin para ir ganando las cabañas de Tordín, tal vez la
braña más guapa y conservada de la zonal la cual ya fue recogida en el siglo
XVIII por el cartógrafo real Tomás López
y por Francisco Reiter, en base a un pleito de tierras en la zona.
Cuando ya se divisa el valle de Entrejano, que nos da acceso a camino de Tobaos para acceder a Tielve, vemos las primeras quemas de matorral, se cruza la gran vega para proseguir al Sur hacia el Collado Camba y La Caballar, terrenos más suaves que permiten una buena andadura, y una mejor comunicación entre ambos grupos, puesto que hay algo de lío con la reserva de alojamiento que pronto es resuelta.
Las buenas vistas que ofrece por
lo general todo este gran puerto ganadero, en esta ocasión no están vedadas
puesto que la niebla apenas si nos deja ver más allá de Peña Maín y la collada
de Pandébano, lo demás todo borrina.
Se gana el altozano y venteado
collado de La Caballar, donde reposamos unos minutos antes de bajar tranquilamente
por las pistas de concentración parcelaria hasta el centro del núcleo sotreño,
donde ja el amigo Juanjo de Casa Cipriano nos espera.
Lo cierto es que lo invernizo del tiempo, las casi siete horas que nos ha llevado cruzar todo este territorio, nos ha dejado exhaustos, y ya solo queda una ducha y descansar antes de la cena, que será un tanto diferente a como ha sido hasta este momento. Se agradecen los espaguetis.
Luego a la noche habrá que esperar a la llegada de nuestra amiga Mónica L. Pato que se incorpora para seguir en las dos últimas etapas para llegar a Santo Toribio.
Victor Guerra
Comentarios
Publicar un comentario