DE SAN SALVADOR DE OVIEDO A SANTO TORIBIO DE LIÉBANA (Año Jubilar 2023) Etapa Sotres- Espinama

 

Ilustración 32 Los peregrinos, ya camino de Santo Toribio ante Casa Cipriano: Joao, Mónica, Armando, Dani y Victor Guerra

Dia 14 de abril- 8ª Etapa. Sotres- Espinama.

Ya situados en lo cimero de nuestro proyecto peregrino, se nos abren dos posibilidades para entrar en Liébana para luego acceder hasta el monasterio de Santo Toribio. Aunque nosotros tenemos tomada la decisión, pero aún así la expongo, con la advertencia de que una vez que hemos dejado el valle de Cabrales en Arenas, la señalización del Camín de los Santuarios, desaparece, pues solo está señalizado hacia el Este , o sea por Arangas hacia Alles y Panes, para de este modo empatar con el Camino Lebaniego en Cabanzón, que es el punto que además nuestro sendero pierde su santa denominación.


Ilustración 33 Saliendo de Sotres

Al llegar al collado o Alto de la Caballar, si deseamos continuar hacia Bejes, y no bajar a Sotres, aunque está la alternativa de subir al Refugio del Casetón de Andara pero me parece mucho subir. 

Por lo tanto, si se quiere alargar la etapa, se gira en La Caballar hacia la izquierda ya situados en la carretera de Tresviso, hasta llegar al popularmente lugar llamado Hito de Escarandi, (Hoyo del Tejo) y en esa explanada uno se adentra por el camino que va en descenso a penetrar el bosque de la Llama, paseo que ofrece muy bonitas vistas, y esas sensaciones de adentrarnos en otro mundo, pues no en vano estamos en el Macizo de Ándara, uno de los macizos de los Picos de Europa que en sus entrañas hubo una intensa actividad minera.


Ilustración 34 La resguardada aldea de Bejes.

De hecho  se va por el PR-PNPE 28 Macizo de Andara , pro por el bosque de la Llama, pasando por el Vado de los Lobos para seguir en plano hasta los Hornos del Doblillo , situados a 1.100 m, y cuya construcción se debe a que el siglo XIX las minas de la sociedad “La Providencia” que tenía en el Pozo de Ándara a 8 km, se bajaban a estas explanadas donde se calcinaba la blenda y la calamina, para enriquecer el mineral (carbonato de zinc) y aligerar así el escombro y continuar su transporte con carros de bueyes hasta las barcazas que había en La Hermida. «Según la gente del pueblo, diariamente bajaban por esta pista del orden de 50 parejas de bueyes y cada pareja podía arrastrar unos 3000 kilos por viaje».


Ilustración 35 Invernal del Doblillo

En este punto, o bien se hace la bajada a Bejes, larga y dura pese a los firmes de hormigón,  eso sí en el pueblo hay un albergue y un bar, aunque al día siguiente hay que subir al Collado de Pelea camino del pueblo de Cabañes.

La otra opción es obviar la bajada a Bejes y un poco más abajo de Los Hornos del Doblillo, tomar el arranque de la pista que iba a la mina de Aurora y subir por ella hasta poder cruzar las Cuestas de Corvera entrando en el Puerto de Pelea y por su collado llegar a Cabañes, y ya solo quedará una tenue etapa hasta Potes. Esta es una bella alternativa poco usada pero muy interesante.


Ilustración 36 Aldea de Cabañes

Por nuestra parte, renunciamos a esta posibilidad y una vez repuestos de la ruta unos por las sendas del Duje y otros por la Calzada Romana de Caoro, nos enfrentamos al desayuno que nos preparó el amigo Juanjo y su mujer Sonia, y tras dar cuenta de todo ello, y con el frío mañanero no enfrentamos a la etapa algo corta que tenía por objetivo ganar la aldea de lebaniega de Espinama., situada en pleno valle del Río Deva formando con Fuente Dé y Pido las cabeceras poblacionales de estos altos valles que circundan y delimitan los Picos de Europa.


Ilustración 37 Camino de las Vegas de Sotres

Fotos de rigor ante las instalaciones de Casa Cipriano, y nos ponemos carretera abajo, con el grupo al completo, al que se nos ha unido Mónica L. Pato, siéndole imposible al amigo Vicente de Nava el poder ir con nosotros a esta apertura del Año Jubilar del 2023 de Santo Toribio de Liébana.


Según vamos bajando el valle que va hacia Pandébano, se ve medio oscurecido, por el día invernal que se nos ha presentado.  Dani va pagando las consecuencias de no cambiarse de ropa en la subida de Caoro y haber terminado su ducha con el agua fría que en Sotres está pero que muy fría, le duele todo, y como es necio no quiso tomar ningún relajante, y el que toma ahora, digamos que lo atonta.

Al llegar al desvío de Hacia Aliva encima de la majada de Cabao, ya el personal va enfilando hacia la Majada de las Vega de Sotres, marcando distancias y espacios, Joao como impenitente peregrino se adelanta para efectuar su clásica conexión matutina para el grupo On My Way,


Por mi parte me voy quedando atrás para disfrutar del entorno, y de ver al grupo de peregrinos camino de la Santuca, lo que es toda una novedad, ver peregrinos por estos lares, mis compañeros parecen ajenos a ese pequeño asunto , cualesquiera que les viera pensaría que son montañeros  que van a la Peña Vieja, pero no son peregrinos que va a la Apertura de la Puerta del Perdón  en Santo Toribio de Liébana, y que si uno se fija pues llevan algunos más que otros las insignias jacobeas, que si ya parecían raras por los valle de la Depresión Meso Terciaria por la que hemos venido, no digamos por estas latitudes.

Aunque a estas horas y este día los únicos seres vivientes que se pueden cerciorar de esa cuestión tan singular son la vacas que pastan alegremente en la majada de las Vegas de Sotres, donde me siento un buen rato en compañía del amigo Armando Cofiño, mientras contemplo los juegos de photocall de mis compañeros de viaje en la fuente y puente aledaños a la majada.


Ilustración 38 Vegas de Sotres

A partir de la majada de Las Vegas el camino se torna en constante ascenso camino de Piedra Llé, para cruzar tras un buen repecho el límite provincial y ganar tras otro repechón el refugio de la Llomba, aunque aún nos quedará otro tirón más para ganar la piedrona del Prau Cortés, ubicada mediante arrastres de las lenguas glaciares al borde del camino y espinal dorsal de los valles glaciares . Es increíble que eso pueda estar ahí y tenga esa aturra.

Ilustración 39 Majada Vegas de Sotres

Invito tras una tensa espera por parte de los peregrinos corricolaris, a subir todo el eje de la Llomba el Toro para ganar así el Hotel Refugio de Aliva y poder ver más de cerca el Chalet Real, que se hizo en 1912 para el rey Alfonso XIII para sus correrías de caza por estos pagos, y cuya construcción pagó La Real Compañía  Asturiana de Minas.


 Una de esas visitas del monarca se dió caza a unos cuantos rebecos, de las cacerías de su padre (Alfonso XII ) quedó un libro  cuya crónica escribió Ildefonso Llorente Fernández Las Cacerías del Rey. Descripción del viaje que en el verano de 1882 hizo Alfonso XIII a los Picos de Europa y Liébana, incluso se recoge por Internet, un documental de esa estancia de Alfonso XIII.


Ilustración 40 Armando Cofiño fotografiando la cumbre de Peña Vieja

Dado que los compañeros peregrinos pasan de subir hasta la zona del Hotel de Aliva, desde donde podríamos ver los restos mineros de la bocamina de Las Mánforas dedicada a la extracción del zinc y el plomo que ya arrancó en 1856 y donde de vez en cuando se extraían las famosas piedras de blenda acaramelada que le dio vida en sus últimos años (1989), y situada bajo las cumbres de Peña Vieja.

Lugar donde precisamente en el cual se instalaron monjes eremitas provenientes de la mozarabía que buscaron todos estos rincones de la Liébana, aunque estos de Peña Vieja debían ser de otra estirpe pues situar un páramo monjil a esas alturas, ya tiene bemoles.

Ilustración 41  Ermita Santuca de Aliva

En todo caso, reunidos todos de nuevo, nos vamos por las amplias camperas de Campo Mayor para ganar tras el repecho que presenta la Mesa Bajera la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, denominada la Santuca de Áliva, a cuyas paredes nos arrimamos para abrigarnos del fiero viento que nos atenaza, lo justo para dar un bocado a las vituallas que llevamos para el sostén de la etapa, pues el final ya está muy cerca. Aunque Dani Pérez no se encuentra en sus mejores condiciones físicas.


Ilustración 42 Al pie de la Ermita de la Santuca de Aliva

Tras la pequeña pitanza, nos vamos por Campo Menor siguiendo las huellas del GR-203 (Ruta de a Reconquista ) que entroncamos en la majadas de Cabao y seguimos hasta la Fuente de los Asturianos.

En este punto podríamos coger el ramal que va por la Peñas Oviedo hacia la aldea de Mogrovejo, pero en esa carecemos de albergue por lo cual seguimos de frente bajando hacia las Portillas del Boquejón y emprender la dura bajada a Espinama por los Invernales de Igüedri, podríamos haber bajado por el sendero del bosque, pero lo pensamos tarde , por tanto ya fuimos directos a Espinama.


Ilustración 43 Portilla del Boquejón

Ahí ya en pleno valle lebaniego, dimos cuenta de quesos de la zona, y de sendos bocadillos  antes de dirigirnos al Albergue Briz, que nos estaba esperando para hacer la recepción  y donde al fin al entre un fiero debate si irnos a comer de restaurante o hacernos la cena en las estupendas instalaciones del albergue, ganó esta opción, pues las bolsas ya estaban exiguas, pues no es un viaje barato, pues no hay albergues, y eso supone pagos de casi 30 euros por cama y casi que otros 15 a 20 E por cena… y si eso lo multiplicamos por casi 10 dias pues gastos de viaje y alguna consumición, el viaje sale por una pasta.

Ilustración 44 Espinama

Pero bueno es una ocasión casi que única ir a la apertura de la Puerta del Perdón de Santo Toribio, y la hemos aprovechado, y en eso estamos, rememorando los antiguos pasos arrieros y peregrinos, que es suponer que debieron ser escasos, al menos por estas latitudes, aún cuando al llegar a Espinama eso ya significa entroncar con el Camino Vadiniense que va o viene según el caso de Mansilla las Mulas por las comarcas de Burón-Riaño y la Reina.

Espinama como alto pueblo ganadero, tampoco es que ofrezca un importante patrimonio civil y religiosos, porque además tampoco la aldea es muy grande, lo que más llama la atención es la vieja iglesia medio derruida bajo la advocación de San Vicente Mártir.


Esta  fue construida , como no por canteros trasmeranos, y se tiene conocimiento de sus levantamiento en el años de 1595,  «cuando se concierta el «retablo del Señor San Vicente», siendo Tomás de Bea, maestro de arquitectura vecino de Anero, quien se compromete a su realización (desgraciadamente, la escritura de dicho concierto está sin desarrollar, constando solamente los intervinientes y el motivo). Antonio García es el mayordomo de la iglesia parroquial de S. Vicente que, junto con Pedro de Bulnes el viejo, Pedro de Caldevilla y María de Benito, contrata con aquél, quien cuenta como fiador con Toribio de Benito, el párroco. Entre los testigos del concierto del retablo figuran los oficiales de arquitectura, estantes en ese momento en el Concejo, Bartolomé Díez de Linares, Juan Ortega de Irias y Juan de Carasa, además del maestro campanero Pedro de la Penilla, vecino de Somo, en Ribamontán, que fueron, probablemente, sus constructores.».

http://www.espinama.es/iglvieja.html


Como todas la iglesias de la zona en el siglo XVIII sufrieron grandes reformas, gracias a grandes donaciones, aunque ira perdiendo elementos como su espadaña y ya en 1968 deja de prestar servicio al inaugurarse la nueva iglesia, y pese a los ansiados proyectos de rehabilitación, el viejo templo presenta un decrépito estado.

Otro día más y mejor

Víctor Guerra

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