Los Caminos de Beato desde Liébana a Santianes de Pravia por el Camino de Bejes y Cuñaba

 

Ilustración 10 Mapa de Cecilio F. Texto "Camino Vadiniense"  

El Viaje por el Desfiladero de la Hermida hacia Santianes de Pravia (color Naranja)

El viaje que en mi opinión podrían haber podido realizar los ilustres monjes Beato y Eterio, junto con sus acompañantes, probablemente trascurrió por la ruta conocida como Camino Lebaniego, y cuyas desarrollo y posibles variantes ya expuse más arriba,

No obstante, mi hipótesis es, que optaron por una ruta más directa, aunque mejor si esta fuera virando al Oeste de la vertical de Potes- Panes, para de ese modo alcanzar la Vereda de los Francos camino adelante.

Para trazar este posible recorrido, me basaré de los apuntes de Cecilio F. Testón, un profundo conocedor de la zona. Aunque valoro sus contribuciones, considero que algunas cuestiones han sido pasadas por alto. Me refiero a este trazado, del que Madoz, dice que entra por entre la abertura que quiebra la cordillera de Peñas, y que da salida a todas sus aguas al río Deva.

 Monasterio de San Martín de Turieno o Santo Toribio

El inicio de la travesía, la propongo con Beato y Eterio acompañados de Cosmén[1] el diácono, que sería de nuevo el fiel compañero de ambos, que junto con un siervo del cenobio que le había impuesto el Abad serviría de ayuda para el manejo de las mulas y la intendencia.

Mapa con le Camino de Cuñaba (Naranja)

Comenzaron su caminata en una fría mañana de noviembre, con todos sus pertrechos que habían recogido en el monasterio de San Martín, dado que fue allí donde el abad estableció la logística del viaje, pues los miembros del cenobio llegadas la crudas temperaturas bajaban a residir a las instalaciones de San Juan de la Casería, donde pasaban casi todo el invierno.

Preparados para el viaje, partieron con las mulas cargadas por el camino de los huertos, pasando luego por la ermita de San Juan de la Casería. Aquí se despidieron de los hermanos conventuales, pues estarían un tiempo sin gozar de su presencia.


Hasta el último minuto el prebister Beato estaría impartió consejos y mandas, a unos y otros. para asegurar que la maquinaria conventual del scriptorium no se detuviera, ya que la confección y copiado de los libros Comentarios del Apocalipsis, requerían de mucha dedicación.

Despuntando el día, enfilaron hacia activa villa de Potes, repoblada en su día Alfonso I, y que se conocía por aquel entonces como Pautes, enclave donde los viajeros verían al paso, la evolución de los trabajos de la iglesia de San Vicente, dependiente del monasterio de Turieno.

Pasando por detrás de la citada iglesia tomaron el camino de la pradería de Campañana que dejaron a su derecha el pueblo Tama. En suma, un recorrido plano que coge el rumbo hacia la aldea de Castro-Cillorigo, donde a la altura de la actual ermita de San Francisco de Trasvega (XVII) marcó el inicio del Camino a las Asturias (GR-71), o sea que tomaron el Camino de Los Prados que les permitió, no sin algun que otro esfuerzo alcanzar el pueblo de Pendes, que era en aquellos momentos otro de los condominios del monasterio de Santo Toribio.


Ilustración 29 Vista del pueblo de Pendes y el valle de Tama

Es de suponer, que para ser el primer día la etapa sería relativamente más corta, y subir a Cabañes suponía afrontar un buen repecho, coronando así una etapa de unos 14 km, pero tal vez tuvieran fuerzas y ganas, pues a nadie tendrían que saludar salvo que se salieran de la ruta hacia el cercano monasterio de Santiago de Colio.

Por tanto, por delante tendrían otro buen repecho, sí es que querían, cómo era la intención de Beato, coronar el collado de Pelea, situado a unos 1002 metros de altt, lugar donde en su época hubo asentamientos del neolítico y hasta contó en las inmediaciones con un recinto defensivo sin que se pueda precisar la época.

La bajada al pueblo de Bejes también se las traía, por tanto, el grupo afrontó la bajada con cierta parsimonia, sobre todo, asegurando que ningún animal se lastimara, pues aún quedaban kilometros por recorrer.

La visión del entorno según bajaban, aunque fuera cayendo la tarde, era suficiente para el resol les quejara contemplar un espectáculo más que impresionante sobre el dominio del monasterio, como era el pueblo de Bejes, a su espalda los farallones del Macizo Oriental de los Mons Vindius lucían con esa rojiza luz tan característica del periodo invernal.


Ilustración 30 Pueblo de Bejes

Bejes, también era parte del señorío abacial de Santo Toribio de Liébana, de hecho, en el barrio de Quintana, el cual se sitúan uno frente al otros, era parte de la competencia, es decir que la ermita de San Justo, era dominio del potente monasterio dúplice de Piasca.

Bejes contó, según Madoz, con una ermita dedicada a la Virgen del Camino, pues no en vano ese fue el eje caminero hacia las Asturias de Oviedo.

Bejes fue el lugar escogido por los viajeros para reponer fuerzas. Cosmén y el siervo, pronto arribaron con la noticia sobre la modesta casa, escogida por el abad de Turieno casa para pasar la noche.

A la caída de la tarde, algunos pastores se acercaron para entregarles un poco de leche y algo queso, además pronto el siervo puso a asar unas castañas que fueron recogiendo en la subida a Pembes y en la travesía a Cabañes, a cuya vera del camino había centenarios castaños que ofrecían estos estupendos frutos, despues de un tiempo de airosas tardes..


La casa que volvió cómoda para un bien dormir, a salvo de humedades y de gallofos, y además, ya se sabe con pan y vino se anda el camino, decía el diácono Cosmén.

Esta etapa de unos 18 kilometros con desniveles cercanos a los 900 mts., de ascensión, y llevando un par e acémilas, había sido todo un desafío para un primer día.

La salida de Bejes, podría ser al Oeste, bien hacia El Doblillo (1100 mts) tomando el camino de Sotres, podía ser una buena opción, pero un circunstancial pastor que se les unió precisamente en el collado Pelea les sugirió en caso de ir al Oeste, lo mejor era hacerlo por el Puerto las Brañas, evitando pérdidas innecesarias de desnivel

No obstante, les decía el pastor, que este era un recorrido ideal para estaciones más cálidas, y él les recomendaba bajar a la Hermida, pues d ellos contrario era exponerse mucho, ya que hacía dias las cumbres del Monte la Llama, estaban nevados y tramo del jito Escarandi sería un mal paso para proseguir por Cabrales.

Ilustración 31 Lugar de Osina

Por tanto, la salida tenía que ser obligatoriamente hacia el pueblo de La Hermida. En la actualidad ese recorrido se hace por la carretera que sube hasta el pueblo, que eral el trazado que seguía más o menos el camino antiguo.

Realizando este camino para este trabajo, un pastor me hablo de otro camino muy interesante, con tramos empedrados, el cual iba a los parajes, donde antaño estuvo situado otro monasterio, en esta ocasión el de San Salvador de Osina, desde el cual se bajaba por el Camino Real hasta La Hermida. Aún en la actualidad al realizar este recorrido se pueden ver restos enlosados del camino.


Ilustración 32 Caminos reales empedrados

Tras una lenta bajada hacia el poblamiento de la Hermida por el camino de Osina, donde Beato quería comprobar el tema del monasterio, pues hacía ya tiempo que nada se sabía de él.

Eso si renunciaba a visitar a los Hermanos y Hermanos del monasterio de Aguas Cálidas que estaba en pleno auge, y a los que había saludado no hacía mucho en Pautes.

Ubicado el cenobio en el pueblecito de Las Caldas, encima de la Hermida, de él bajaron algunos de sus fundadores, entre ellos Flainus, Eguila, Pompedia,Aurilla y Recesinda a saludar a la delegación que iba a la corte asturiana. Tras departir un breve almuerzo de papas pastoriles al rumor del río Cares, cada grupo retomó su camino.


Ilustración 33 Senda de Las Hermida a Urdón

El grupo que comandaba Beato optó por el viejo camino, que aún hoy circula por encima de la actual carretera. Una senda que desemboca en Urdón, de donde baja el camino del altozano pueblo de Treviso.

En Urdón el sendero se alineaba con el lecho del río Deva, que es el lugar que ocupa la carretera, y por la cual se anda como 1,5 km, para desviarse en la Venta Rumenes.

En la actualidad, aun se pueden observar las antiguas armaduras por las cuales transitaban las sendas de herraduras, que iban colgadas sobre la vertical ladera sobre el río Deva.


En la Venta Rumenes, ya en tierras asturianas, tomaron por el trazado que hoy ocupa en buena parte el acceso rodado que sube al Jargú por La Hüera, rumbo Oeste hacia el pueblo de San Esteban. Allí, el camino dobla hacia el Este, para arribar al abrigado pueblo de Cuñaba. Lo cual marcó una etapa que se colocaba entre los 15 a 16 km, bastantes cómodos, pero la comida con los fraternales hermanos de Aguas Cálidas les retrasó bastante, pues llegaron a Cuñaba al anochecer.

En Cuñaba cabe destacar como valor patrimonial actual el Palacio del Inquisidor Verdeja (construido probablemente en el s. XV) y la Iglesia de Nuestra Señor, y poco más debía de haber, pues nada dice las crónicas al respecto.


Ilustración 34 Pueblo de Cuñaba

 Cuñaba, fue el punto donde nuestros monjes montaron el campamento, a la par de algunos muros, que les resguardó de los vientos del Norte y en cuyo enclave pronto acudieron los pastores como era habitual, con algo de leche y queso, a cuyo condumio añadieron unas buenas truchas, que tanto Cosmén como el siervo, había pescado a mano en el cauce del Deva.

La siguiente etapa, la 3ª llevaría a los viajeros desde Cuñaba hacia la Sierra Nedrina atravesando los Invernales de Tresmaño, luego tomarían hacia el Collado las Siellas, y ya en la vertiente del río Cares, dando vista al Sierra del Cuera, desembocarían tras un coto trecho ante las explotaciones mineras se Argayón, en las cuales en diferentes épocas se extrajeron diversos minerales como la galena y el cinabrio.


Aquí a los monjes, uno de los pastores que iba a la reciella ya muy tardía de sus cabras, les comentó que tenían dos opciones:

1ª Opción. - Seguir hacia el Norte, o sea casi de frente bajando por el camino enlosado, tomando el ramal, que hoy va hacia la iglesia de Santa Catalina situada al pie del pueblo de Bores, donde sobresalen dos construcciones, una del s. XVII: el Palacio de los Hoyos, en el Barrio de La Serna, que tiene una pequeña capilla dedicada a la Virgen del Carmen; y el Palacio de Orejuz, ubicado en el centro del pueblo. Aunque de aquella nada de todo eso había.


Ilustración 35 Descripción del pastor

Aunque sus paternidades -decía el pastor- pueden coger el ramal que va directo por las Praderías de Texiorias a la aldea de Robriguero, para cruzar por el Puente Viejo de Tobes sobre el río Cares, y pasar a alguno de los pueblos del otro lado: Para, Cerébanes o incluso San Salvador de Abándames, si es que quisieran cruzar hacia la costa, para lo cual han de subir entonces hacia el poblamiento de Alevia para pasar al concejo de Llanes, cruzando la mortecina sierra del Cuera.

“De lo contrariu si van a dir para la corte”, lo mejor es quedarse en Abándames, tomando allí la Vereda de los Francos, y tras doblar al Oeste ya van directos a Cangas de Onís por Alles.[2]

2ª Opción. Proseguía el pastor: Aunque estando ustedes aquí, en Argayón- remachaba con el bordón el pastor- yo me iría al Vallejo de los Prados, o sea yendo un poquitín a la siniestra para así coger el marcado collado de la Serna, bajo el Canto Miravete y la Pica de Peñamellera.

Bajan, su paternidades por esa mano de nuevo hacia el pueblo de Mier, que verán allá abajo junto al río Cares. Luego lo que ustedes vean, o bien toman el desvío por la diestra hacia los poblamientos de Niserias y Besnes para subir hasta Alles, y visitar el viejo monasterio de San Salvador de Plecín,


Lo que los actuales visitantes hoy pueden contemplar son los restos eclesiásticos que se levantaron probablemente sobre un antiguo lugar de culto precristiano, siendo erigida la iglesia que en parte podemos ver en el último cuarto del siglo XII, y que se cree fue levantada sobre una capilla prerrománica de planta rectangular.

Dicha iglesia aparece con rango de abadía en el Libro Becerro del obispo Gutierre entre 1385 y 1389.

A los amables lectores le ofrezco esta interesante y entretenida alocución de la periodista Arantza Margolles Berán sobre el lugar, titulada: Yedra y olvido en Alles.


Proseguía el pastor en sus cabales explicaciones acerca del posible recorrido a tener en cuenta, “estando sus paternidades en Mier, también podían seguir por el camino del río hacia el pueblo de Trescares y subir a Plecín por entre La Corona del Cuetu por la Cuesta de Zardueño yendo, tras dar vistas a la otra vertiente, un tanto a la diestra dar directamente al cenobio.


Sitos nuestros viajero en Alles, estos habían entroncado, una vez más con el famoso Camino de los Francos, tras lo cual solo les quedaba virar por debajo de la Sierra del Cuera hacia el Oeste, camino de la corte situada en los parajes de Santianes de Pravia.

Hasta aquí el relato de los posibles pasos desde Liébana hacia Asturias, por los cuales en distintas épocas circularon y circulan aún hoy, peregrinos, y viajero, y de los cuales ya lo había dicho Madoz «se ven otros dos caminos de herradura que se dirigen a las montañas por entre las encumbradas Peñas de Europa, los cuales son solo de herradura y sumamente escabrosos. Razón no le faltaba.


Valga este artículo como reivindicación de estos olvidados pasos camineros entre Liébana y Asturias.

Podcast en la RPA : Un buen día para viajar 

Victor Guerra

[1] Cosmén, es un personaje que Peridis, hace de compañero a Beato y a Eterio en su viaje hacia Turieno.

[2] No deja de ser curioso porque en la novela de Los siete reyes de Beato, el autor (Pérez Chirinos) hace desfilar a Beto en sus acémilas hasta Panes y luego desde aquí por la depresión mesoterciaria (Camino de los Francos) lo hace viajar en un carro, hasta Santianes , lo cual me lleva a indicar que tal cosa es difícil  de llevar adelante que el 785 , al menos tal como lo plantea el autor,  pues además el novelista plantea la existencia de poblaciones y que desde lejos se podía ver las torres de San Salvador de Ovetao.

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