Camino Real del Sella. Etapa 1, de la Ermita de Pontón a la de San Roque de Oseja.
Iglesia parroquial de Oseja de Sajambre
Hablar de este
interesante camino es como dice el gran maestro, que trabajó intensamente para
logar un importante compendio sobre toda esta zona describiendo picos, majadas,
caminos, costumbres, pues Guillermo Mañana sigue a pies junto ese lema de «ver
es sentir con los ojos”.
Y bajo esa directriz realizar
la caminada de la llamada Senda del Arcediano es entrar en una parte de la intrahistoria de esa Asturias,
a veces tan cercana pero a la vez tan profunda y tan desconocida, contemplar en
su integralidad el Camion Real de Amieva, es otra dimensión, tal
vez, porque este territorio está marcado por una complicada orografía que dio
origen a una fuerte cultura montañesa y ganadera muy singular, por eso hay que
entrar al territorio despacio y con los
sentidos bien abiertos, y como dice Guillermo, si se puede hacerlo yendo solos, para de este modo absorber sin
entretenimiento alguno el paisaje, los
trabajos y la historia que todo ello desprende.
Una historia que nos mete
de lleno en unos vestigios vadinienses, esas tribus que los romanos tuvieron
que pacificar, y por cuyos parajes podemos encontrar tramos interesantes, como
fruto dice algunos estudiosos de ese paso de las cohortes romanas, y que
precisamente dichos trazados no aparecen en la página web de Calzadas Romanas
de Castilla y León, y que podemos ver el tramos
como los de El Pajar del Diablo, o Las Salas cuyo recorrido nos adentra en la villa de
Riaño, paisaje y paraje actualmente desfigurado debido a la existencia del
embalse que preside la zona.
Tanto es así, que, en tiempos de grandes sequías, cuando el embalse queda medio vacío se pueden ver los trazados y hasta lo pontones que soportaban dicha red caminera.
En
el caso de nuestro Camino Real o Calzada, conocida como Camino de Campos,
cuando toma rumbo Norte, acompañando al
río Tuerto pasando por el ultimo núcleo Vegacerneja, donde se perdió el Puente
Torteros, pues este quedó precisamente bajo el pantano de Riaño «Sobre el
río Esla y en el término común del concejo [Burón], mi parte [Éscaro] y lugar
de La Vega [Vegacerneja] se halló de inmemorial tiempo situado un puente
titulado de Torteros para el tránsito de los ganados, jentes, transeúntes,
arrieros y ordinarios que van a la villa y corte de Madrid, y para el común
tránsito de todo jénero de jente como carrera pública, cuio puente de madera
fue havido y reputado por común de todos los pueblos que componen los tres
partidos de esta xurisdición».
Un
puente que en sus primeros tiempos fue de madera y estaba compuesto de nueves
ojos, lo que deja a las claras las dificultades de paso que presentaban los
diferentes pasos fluviales, de ahí que los arrieros y viajeros prefirieran circular
por las altas cordales antes que andar lidiando con los imprevisibles ríos
norteños.
Se sigue yendo al
Norte, para de este modo alcanzan por la vega que marca el valle, y ya sin camino alguno pues la
actual carretera lo ha fagocitado, se pasa por delante de Caserío de Retuerto
para desembocar finalmente ante la Venta y la ermita de Santa María de Pontón
dejando de este modo las Tierras de Valdeburón donde en 1622 se las describía
de esta manera «tierra aspera, donde cayan muchas nieues y por no coxer pan
en ella ni uino, uenía todo y se llebaba de Tierra de Campos en carretas».
El lugar de la Venta
y ermita, se dice que ya en tiempos de
Fruela, este tuvo que vérselas con los moriscos, en esas continuas avanzadillas que se echaban impulsadas por ese
querer que habría tras esas blancas montañas calizas, altos parapetos naturales
que entre los años 757 y 768, se dio la batalla de Pontumio o Pontuvio, lugar
que el Padre Zacarías García Villada, llego
a examinar hasta 10 códices que nombran la batalla, y lo ponían en un lugar de
Gallaecia, eso sí siempre con distintos nombres: Pontunno; Pontumio;
Pontoruico; Pontuvio etc, y llego el buen cura e historiador a rechazar casi
todas esas suposiciones, y aceptar como propio y no contaminado el nombre de
Pontuvio. Para el enclave de la alberguería de Pontón.
Venta de Pontón |
Dicha escenografía se
completa con la leyenda seudo mística «de que el ejército árabe tendría que
dividirse para entrar en Asturias por pasos muy estrechos, las emboscadas se
realizarían en la parte más escabrosa, hacia el Norte. Después de las primeras
escaramuzas y en desbandada, los árabes se reagruparían en las Vegas de Pontón,
Ventaniella y Arcenorio, donde perecieron con su general.
Ermita de Riosol, fotografía
de Jose Ramón Suárez Calvo
Cuatro son las
ermitas casi simétricas, dos al Norte de la cordillera (Ventaniella y
Arcenorio) y dos al Sur (Pontón y Riosol), donde la tradición pertinaz dice
que: "fueron levantadas en acción de gracias a la Señora como en
Covadonga, por una gran victoria alcanzada sobre un ejército musulmán». [1]
Fuera como fuere, se deja
la Venta y la ermita de Pontón, en la zona bajera del valle y se gana la
cumbral del Puerto de Pontón por la carretera o por el camino que queda detrás
del enclave de Venta y ermita, lo cual nos permite ganar la cumbral y dar aguas vertientes al Norte . todas ellas regadas
por el río Sella y sus distintos cauces aguadores.
Aquí dejo el enlace
que viene de la Calzada Saliámica, para tornar ahora ya por entero el Camino
Real de Amieva o Camino Real del Sella,
Trazado que dicen tardó
años en que dicho Camino Real fuera una realidad, aunque se refieren a la época
del Arcediano de Villaviciosa: D. Pedro Díaz de Oseja (1621-1665)
La hechuras de la Semda del Arcediano |
Lo dicho, la Uia Saliamica
o Vía de Saliame o de Sajambre, llega al lugar de la Ermita de Santa María de
Pontón, que se levantó gracias a las políticas de los monarcas Alfonso VI y
Alfonso VII, los cuales concedieron la
exención de pedido, fonsadera y portazgo a la alberguería que se establece en
el año 1129, siendo gestor del equipamiento un tal Mariandres, cuyas prebendas
van a ser ampliadas debido a la presión
que había de hospedaje, y será el rey Sancho
IV quien en 1293 conceda tales exenciones.
Tal es así que la
Venta dio lugar a la sacralización del lugar mediante el levantamiento de una
capilla en el año 1420, ignoro si antes de este levantamiento hubo en el lugar
ritos paganos, fuera como fuere dicho conjunto lo regentaría en esas fechas un
natural de Burón, nos dicen los estudios sobre Valdeón, que se trataba de un
tal Fernando García, que mantenía todo el conjunto en pie, gracias a la ayuda
de tres criados.
Venta y ermita de Pontón |
Ya en plena vertiente
norteña del Camin Real de Amieva o del Sella, este nos presenta una primera
etapa que va de Pontón hasta Oseja de Sajambre, unos 8, 5 km, y que Guillermo
Mañana, notario de esta Senda la divide en dos tramos, para que podamos
observar los dos biotopos y actuaciones para hacer factible el paso de
carretones.
El 1º tramo es el que
atraviesa el bosque de Verrunde Vierdes y desfila por la calzada de Las Segadas,
hacia los Trabanzos, y el puente del Bao, se desarrolla la senda por zona
boscosa compuesta de hayedo y roble y castaño, y sin apenas vistas, salvo las
zonas de pradería y luego un 2º tramo que va desde el Bao-a la portillera de Entreaboscaminos
y Verrunde de Oseja, hasta desembocar en la capital del concejo sajambrino. Tramo
distinto ya que una vez sale de la fronda se nos presenta un camino abierto y
tallado en la rocosa ladera del Pico Burdio, y cuyo tránsito hasta Oseja nos
aporta interesantes vistas sobre los entornos sajambrinos.
En ese enclave de
Pontón parten dos caminos, uno que va a la derecha dando vuelta al valle de Los
Sedos para juntarse con el Camino Real de Amieva o del Sella ó Senda del
Arcediano a la altura del PK 115 de la N-625 a la altura de Los Escobales, y la
Senda del Arcediano que entra directamente desde el puerto al bosque por la
zona de Verrunde de Vierdes de una forma más o menos suave.
Antes de meternos en
la fronda, igual merece la pena echar un vistazo a las altas cumbres cuya picas
se divisan por encimas de crestas y arboledas, y son la pertenecientes al
Macizo Occidental o de Corniónl: Peña Santa, Peña Beza, Canto Cabronero.
El Camino Real se
abre paso entre las explanadas herbosas, o sea los viejos prados ya muy
menguados que dejan ver de vez en cuando los taludes y otras obras que hubo que
acometer para poder encajar un viario que permitiera el paso de los carretones
sajambrinos, que tenían unas hechuras un tanto especiales.
El denso hayedo por
el que transitamos solo nos permite gozar de su esplendor y observar si tenemos
tiempo y ganas como se fue abriendo y modificando la traza que cada vez fue requiriendo
mejores firmes y anchos, ya que desde Oseja o Soto los trayectos hacia el
Puerto se hacían mediante el uso de carros tirados por parejas de bueyes.
Según se va bajando
se deja atrás La Regatina y la fuente la Jonseya que alimenta al incipiente río
Sella, de ahí que sea óbice que se le denomine Camino Real del Sella,
pues desde el mismo inicio de la ruta el río Sella está presente acompañando en
su bajada al tránsito caminero y arriero, siempre más o menos cerca, o lejos depende de la zona hasta llegar juntos
a Cangas de Onís.
Fuente la Jonseya que da lugar al Río Sella |
Para el caminante que
no esté avezado a observar los actuaciones camineras, apenas si podrá percibir los
trabajos y obra para la adecuación del trazado, o si estos son nuevos o
antiguos, pero a poco iremos descifrando esa huella que dejaron las
adecuaciones para lograr un firme idóneo, y así podremos: pontones o puentes
para dejar paso a las diversas riegas, las apoyaturas de los firmes, los
taludes y trincheras, la adecuación de las escorrentías, los planos de los
pisos.
En ese sentido quien desee profundizar en el tema puede leer el libro de Guillermo Mañana [2] que describe casi que metro a metro los recorridos y nos dice lo que hay a cada lado, de esta forma también podremos observar como ha ido cambiando el trazado, pues el libro es de 1990.
Seguimos ruta y de nuevo nos acercamos a la carretera Nª 625 por la que se baja por el arcén hasta el PK-116, si antes no nos hemos ido por la izquierda en el lugar de Trambasriegas, tramo que presenta repechos en bajada con mucha pendiente, sí hemos hecho ese giro y hemos cruzado la riega de Fonsella por el llamado Puente de la Pontiga Bajera, entonces estaremos en el Camino Viejo de Pío de Sajambre.
La Senda del
Arcediano, así la llamaremos de momento, dado que dicho sacerdote acometió
las obras de adecuación de los trazados de toda esta zona, sigue recta entrando
en la frontera entre Verrunde Vierdes y Los Trabanzos dando paso a Verrunde
Oseja.
Atrás hemos dejado el
Prado de la Suelta, algo ya estipulado en el mundo de la arriería y los trajineros,
y que ya hemos noticia en la Cruz Raos en Cabrales, donde de dejaban ver las
estipulaciones para estos singulares paradas en donde poder dar suelta a los
animales, o sea liberarlos de sus cargas para que estos puedan pastar y beber libremente., incluso en la Real
Provisión de Felipe IV los carreteros tenían permiso de cortar árboles para
reparar los ejes de los grandes
carromatos que transitaban por estas latitudes, aunque era tanta la carga de
trabajo era tanta que había necesidad de fabricar más carros, y hubo que poner
coto a tanta corta de madera.
Puente del Bao
Tras la bajada de la
Cuesta de las Revueltas se llega a un nuevo punto de cruce con la carretera, y
este se produce a la altura del PK 118,5, teniendo que pasar por el Puente de Bao
para poder librar el río Verrunde, un puente con bastante altura y abajo en el
fondo del cauce se ven restos de las viejas cimentaciones. Dada la
omnipresencia arbustiva es dificil obtener instantáneas de la fábrica del
citado puente.
En ese sentido la
Senda del Arcediano es la metáfora económica que trajo consigo ese trasiego de obras
y actuaciones, pues la citada Real Provisión, nos deja clara la importancia de dicho
eje, motivo por el cual fue tan significada la actuación del Arcediano
de Villaviciosa, pues decía el mandato real que de cerrarse los caminos, por no
ser arados, o ser abandonados podría haber una multa de diez mil maravedíes.
El camino va cogiendo
altura poco, y nos va dejando ver por esos cortos ventanales que ofrecen las praderías
algunas significadas cumbres como la Pica Burdio y el Jario a la derecha y
luego otras más significadas por lo
impresionate que parecen, situadas al otro lado del valle, y que son las perennes guardianas del valle de
Pío Pico, y por cuyas empinadas laderas se desarrolla un intenso manto verde.
Cruce de la carretera N-625 hacia Verrunde de Oseja
Ahora el tramo que se
acomete, va desde el Puente del Bao hacia la encrucijada de Entreamboscaminos y
Verrunde de Oseja. Tramo que requirió de diversas obras, que se pueden
calificar de gran enjundia y que afectaron no solo a la Senda, sino también a la
carretera N-625 unos años más tarde, ya que hubo que abrir un túnel y colgar la
carretera sobre la ladera calcárea y sobre el río Sella.
Nuestra senda preparada
tanto para arrieros, viajeros y porque no, para peregrinos pasa por zonas
enlosadas a la vieja usanza en la traza de los caminos medievales, presenta al
paso los clásicos taludes tallado bien en la roca viva o la terrosa ladera de
piedra, se fue abriendo tajo al camino
en base a los pasos en trinchera caliza, haciendo que la traza subiera segura y
muy por encima del túnel de Verrunde en la N-625, del que apenas si podemos ver más allá de la
finta asfaltada de la N-625 que lo traspasa.
Tunel de Verrunde sobre la N- 625 |
Como al medio
kilómetro nos daremos con un bifurcación que por la derecha nos muestra el
antiguo camino que resulta ser la traza original, pero si se sigue de frente se
continúa hasta desembocar ante la riega Vallescosu, cualquiera de los trazados
nos servirá para proseguir hacia Oseja pero antes se nos presenta una buena
oportunidad de poder contemplar el amplio valle sajambrino de Oseja y Pío desde
un colgado mirador.
Cumbres del Pozalón y el Niajo |
Desde tal
emplazamiento puede ver el Cueto Prieto,
la Sierra de Jian y el Porro Cervaliza, y justo de frente las cumbrales del
Pozalón y la Peña el Niajo, presidiendo la zona, y justo en medio todo, el gran
valle que baja desde la collada Llaete y Valdemagán.
Sin olvidar la gran
depresión de los Beyos, que se deja intuir por debajo del Niajo,, donde se
enmarca un gran tajo que se abre entre ambas laderas calcáreas que circundan el
desfiladero de los Beyos por el cual circula el río Sella.
Abajo la carretera N-625 y al fondo el valle de Pio.
La contemplación
desde dicho mirador puede dar para muchas horas, pero es hora de seguir camino,
el cual se echa valle abajo buscando el poblamiento capitalino de Oseja de
Sajambre.
Pero antes de
arrancar valle abajo, podemos admirar no solo el gran paisaje sajambrino, con
esas laderas cubierta de hayedos sino también los trabajos que se llevaron a
cabo para abrir y mantener este singular trazado que en su día abrieron los
romanos en su afán de penetración y dominación territorial, que como podemos
ver llegó hasta el último rincón del
imperio.
El rey Fruela contemplando sus predios.
Una vez concluida la bajada que entra en Oseja,
un abigarrado poblamiento que nos presenta bellos rincones llenos de un claro y variado exotismo etnográfico: hornos
externos, hórreos en esa mixtura entre lo asturiano y lo leonés, casonas de
diversa factura, etc.
En esa parte del
pueblo se haya además la bolera, y la mayor parte de los establecimientos de
alojamiento y restauración de Oseja
La antigüedad de la
zona queda patente en la distintas donaciones que hubo como que hizo abad Vegito en el 1005 a la iglesia de Sahagún de los lugares de Saliamen, Beza y
Sabugo, y que el 1096 Jimena de Adefonsez vuelve a donar, esta vez a San Salvador
de Nogal, monasterio de Carrión de los Condes, al que entrega el susodicho pueblo de Soto y de
nuevo el puerto codiciado puerto de Beza.
Cuando se habla de
toda esta zona y de los diversos tránsitos, al fina todo queda reducido al paso
de los carromatos y los arrieros, entre el siglo XV y XVI, pero nada se nos
dice sobre el paso de viajeros y peregrinos que debió de haberlos, pero digamos
que su huella ha quedado difuminada o perdida en el limbo del olvido.
Pero apenas si
tenemos menciones sobre la atracción que tenían estos centros espirituales
sobre los posibles peregrinos que desde la zona franca del Camino Francés
pudieran desviarse hacia estos lares, por tan singulares tránsitos como el
Camino Real del Sella.
[1] https://exsurgecistierna.blogspot.com/2014/03/resumen-de-la-quinta-conferencia-del.html
[2]
La senda del Arcediano. Edita Caja de Ahorros de Asturias. 1990
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