EL CAMINO REAL DE AMIEVA /CAMIN REAL DEL SELLA. Introducción


Venta y Ermita del Puerto Pontón

Gracias a los trabajos de prospección histórica de Eutimio Martino sobre la zona de Valdeón y Sajambre, los estudios camineros tan exhaustivos de Guillermo Mañana sobre Sajambre , Amieva y Ponga, y los trabajos de la profesora Elena E. Rodríguez sobre los fondos de los notarios Casa Piñán de Sajambre, hoy se pueden abordar sin muchos problemas el desarrollo de una arteria tan esencial como fue la que comunicó los puertos astures marítimos como Ribadesella con la meseta castellana, siendo puntos de referencia en esa vasta caminería localidades como Sahagún de Campos, Riaño, Oseja de Sajambre , Cangas de Onís, Margolles o Ribadesella

Tal vez suene raro hablar del Camino Real de Amieva, y sea más adecuado hablar de la vieja calzada romana, sobre la que no se ha pronunciado, al menos que yo sepa el especialista Isaac Moreno, acerca de si dicho eje conocido como la Saliámica que comprendería si acaso el tramo de asturleonés tiene origen romano o simplemente se trata de un antiguo Camino Real con base en la romanización que sufrió este territorio Vindio.

En ese sentido los antiguos mapas son un auténtico desierto a la hora de mostrar las rutas que subían hacia el Norte, . Es como sí en ese territorio no hubiera existido nada quitando la ruta que sube desde Hospital de Órbigo hacia el Arbas del Puerto, y en la zona de Cantabría la traza que subía hasta Juliobriga, y sobre cuyo espacio que queda en medio de esos dos ejes se mantiene muda.

Tanto es así, que apenas sí hay una palabra sobre este gran trazado que acompañaba al río Astura (Esla) que nace en Valdeburón y por Riaño y Mansilla entrega sus aguas al padre Duero kilometros más abajo, ya en tierras zamoranas, concretamente en Villalcampo despues de 285 km recorridos. 

Castillo de los Pueyos. Desembocadura del Esla en el Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Pero algo debió de haber porque los historiadores romanos, como Floro o Paulo Orosio, ya en los siglos II y V, dedicaron unas líneas a tal río, y es de suponer que hablarían del camino que lo acompaña desde tiempos inmemoriales, al igual que lo hizo San Isidoro de Sevilla en sus famosas Etimologías: «astures, gens hispaniae, vicati eo quod circa asturam flumen, septi montibus sylvisque crebiris inhabitent. "Los astures, nación de España, así llamados porque les rodea el río Astura, habitan protegidos por sus frondosas selvas y montes»,  y  cuyo topónimo (Astura) ha dado tanto que hablar, en tanto a su origen céltico como indoeuropeo.


Está claro que tal cauce fluvial marcó los trazados a su eterno acompañante caminero, que no fue otro que la llamada Calzada Saliámica (Via del Río), y cuyo origen  algunos llevan al año 26 AC, y de la cuya estructura romana quedan algunos tramos como el del repechón del Pajar del Diablo (Villayandre),o el de Escobio de Remanganes (Crémenes) y el de San Roque (Las Salas).


Tal vez su existencia se difuminó debido a sus diversos nombres, pues según por donde pase fue conocido como Camino Real, o Vía Romana de la Conquista, ya que por ella debieron llegar las tropas romanas en su penetración hacia Asturias, el Camino de los Carros debido a que la arriería desde Sajambre ya se hacía en estilo de transporte, también se la denominó como  Vía Saliámica  así citada en el año 973, en su tramo superior del Puerto  Pontón.

Ya que Salia es el nombre prerromano para una corriente de agua, por lo tanto, era la Vía del Río y, así la nombraron los que aún no hablaban latín, y hasta se la cita como Ruta Vadiniense, por la multitud de estelas funerarias y lápidas pertenecientes a las tribus vadinienses que se han encontrado por todos esto lugares por donde discurre el río y la Calzada que pervivió como tal hasta 1886.


Fuera como fuere, también en Asturias la denominación pierde su consistencia, pues yo creo que debiera ser denominada como Camino Real de Amieva, tal y como prefiere Guillermo Mañana , amque tambien podría ser denominado como Camino Real de Sella, aunque vamos a dejar de lado por unos momentos lo de calzada romana , porque lo periférico se comió el objeto.

Es decir, cuando se habla de caminería suele suceder bastante, tal y como le sucedió a este tramo que la acción de un arcediano: D. Pedro Díaz de Oseja, medio sajambrino y asturiano, ordenara arreglar un tramo, para que tal cosa pasará a la historia como una  simple senda, y además fuera opara el resto de los tiempo  vinculada a un arcediano.

Con lo cual, se puede decir que la cosa ya tiene bemoles, puesto que como dice el historiador Eutimio Martino, esta vía caminera aparece documentada ya  en el 973 como Vía de Sajambre, que ese no era su destino… sino las zonas marítimas astures.

 

Y lo digo en alto ,  fue de esta forma  como se perdió  el contexto geográfico y el sentido de tal vía, que se convirtió en Senda del Arcediano, la cual va  a juzgar por los escritos de los  diversos autores montañeros va del Puerto del Pontón a la collada Angón (al comunidi), el resto parece importar poco. En fín cosa de las promociones montañeras y las visiones de algunos montañeros.

Y es que con esa adjudicaciones que se hacen, en este caso, más del 75%  queda vinculado a las tierras leonesas, pues acostumbrados como estamos, a fijar nuestros predios en los confines cumbrales de la cordillera, no parecemos darnos cuenta de que desde el Puerto Pontón hasta la Portilla Beza, lo que en su día fueron las Primorias, o sea  tierras astures (repobladas entre el 739-757), aunque no cabe duda, que desde hace muchas décadas todo este territorio es leonés.

Con todo ello, la integralidad de dicho trazado desapareció de la memoria colectiva, en parte debido a que fue uno de esos ejes de penetración de las legiones romanas utilizados para la domesticación de las tribus astures,  y cuyas trazas luego con  el paso de los siglos, con otros usuarios, con otros objetivos hollaron dichas tierras abriendo una intensa vía comercial, o sea un camino-eje que desde las tierras de Campos pasaba a la costa Cantábrica, teniendo como sempiternos centinelas a los afamados Mons Vindius (Picos de Europa), por tanto ese sentido del eje en parte se perdió , y luego lo dichos las divulgaciones se fijaron en una parte y dejaron de lado el todo.

De ese modo el eje, o una parte de él,  fue singularizado mediante la acción comunal liderada por el Arcediano de Villaviciosa, que tenía mucho que ganar por tal arreglo de los caminos, lo cual hizo en la década de 1650, dejando testamento, cinco años más tarde, para  «que, en cada un año, para siempre xamás, se gasten y paguen de la renta de mis vienes veinte ducados en aderezar los caminos que ban de los puertos de mar a Castilla por el puerto de Ceça y camino del Beyo, dende el Collado de Pontón hasta el Cueto de Cómundi y el Beyo, en los términos de los concejos de Sajambre y Amieva, por ser como es tierra muy fragosa, necesitada de pedreras, maderadas y puentes; y aunque yo he gastado cantidad de maravedís en reparos de dichos caminos, necesitan de más y de renovarse para su conservación...».


Pero hasta entonces desde el año 26 AC que pasaron por esos lares diversos generales romanos con sus tropas, Vía de plurales nombres, traspasaba muchas tierras y posesiones. Nos dice otro gran geógrafo de la caminería asturiana, como es Pedro Pisa, «que llegada tal arteria desde Angón donde se suele dejar como Senda del Arcediano, todavía le queda bajar hasta el río Dobra, llegarse hasta Cangas de Onís y pasar a Margolles y de ahí al puerto de Ribadesella».

Pero todo eso despues del paso de los romanaos, lo hará bajo otras denominaciones que dicho especialista en caminería recogen: «Camino de Castilla a Ribadesella”, “Camino Real antiguo de Castilla a Cangas de Onís” o simplemente “Camino Real a Cangas de Onís”; cuyas denominaciones reflejan el sentido más amplio de la ruta que comunicaba “Castilla” con los dos principales núcleos de la zona, Cangas de Onís y el puerto de Ribadesella». 

Y se olvida el gran estudioso de la caminería asturiana de otra denominación como es la denominada Ruta del Almagre. o  Camino Real del Sella. y en este sentido se produce una cierta paradoja , y es que, desde  la Tierra de Campos  hasta Riaño, tal trazado se vincula con el río Astura o Esla, y en cambio al cambiar de vertiente en Pontón,  fuera leonesa o asturiana, no se vincula dicha trazado con el río Sella.

Cierto es y no lo voy a negar que tal rio Sella se le denominó de Precendí de ahi que como tal Sella no aparezca en la historia hidrológica de Asturias, pero rectificado el error y teniendo la fuente la Fonseya como punto de nacimiento, creo más prudente que el Camino sea denominado Camino Real del Sella que engloba muchos mas territorios.


Y no es para menos que tuviera tantos nombres y denominaciones, puesto que tal vía  atravesaba tierras duras y ásperas, llenas de nieve y con malos caminos, de ahí que le fuera en el alma y en el bolsillo al arcediano de Villaviciosa el tema de los arreglos de algunos trazados, pero toda esa acción y peripecia quedará para otra entrega.

Pues eso, que, a dicho eje, que ya por tierras mesetarias se iba uniendo otras vías y otros tráficos como los que provenían de Sahagún subiendo por las orillas del río Cea desviándose desde la zona franca del Camino Francés, esas misma franja que unos años antes, tanto norteños como sarracenos se aprovisionaban de todo aquello que movía, arramblando con todo en sus variadas aceifas anuales: cosechas, animales y paisanos.


Igualmente fueron también dichos tránsitos fruto de paso hacia las protegidas tierras de los reyes astures, por lo cual no es desafortunado ni extemporáneo indicar que por todas estos parajes anduvieran buscando cobijo lo famosos mozárabes, y como no, es lógico pensar en el tránsito por estos andurriales estuvieran tambien los penitentes peregrinos, que debieron hollar estos trazados en pos de la míticas del momento: Pelayo-Cova Dominica (Covadonga) y de rey Alfonso II y la Cámara Santa de Sanctis Salvatoris, talismanes místico-religioso donde los hubiera, pues aún el fenómeno jacobeo no había aparecido.

Habrá que recodar que  a su vez que un monje lebaniego,  un tal Sisnando que luego sería nombrado obispo de Iria Flavia,  allá por el 874,  el rey Alfonso III le concede la tierra de Alione y el monasterio de San Martín de Alion, tierras ubicadas en el valle del Esla, concretamente  en el valle de Valdeburón, y cuyo monacato luego pasaría a la Orden de Santiago de manos de Fernando II (1185)  donando al Maestre de Orden de Santiago, D. Fernando Díaz y a sus freires, el lugar de Alion (dono vobis Alion cum omnibus directuris suis et pertinentiis).

Es evidente que nos estamos ante un Camino  de Peregrinación, sino un tránsito en el cual median de las motivaciones profanas de los peregrinos tal vez vinculadas  más bien a los poderes civiles y las motivaciones políticas que a otra cosa, sin olvidar la mistica y moral religiosa del momento.

Un poder civil interesado en dotar de infraestructuras viarias esenciales para permitir que los peregrinos llegasen hasta su objetivo, adquirieron de este modo una dimensión social en la cual se dan la mano los valores personales  y los  de la comunidad.


Reconstrucción de los restos del monasterio de Alion.

A pesar de lo áspero del territorio, no hay más que circular por el Desfiladero de los Beyos o subir algunas de las  cumbres de la zona, el Niajo,   para ver a vuelo de pájaro como se estructura en lo geomorfológico este territorio, lo cual no fue óbice para que ya en aguas vertientes del Sella llegara hasta el eje  caminero proveniente del Puerto del Pontón otro camino que saliendo de las tierras de Valdeón entrara por el Puerto de Panderruedas a buscar el viejo Camino de Campos y encaminarse bien hacia Castilla o bajar por Verrunde hacia el viejo monasterio de  los Flainez, Santa María de Oselia (Oseja) si es que el objeto de la caminata fueras las tierras sajambrinas o las astures.


Geomorfología de Amieva y Ponga

Pue eso que la Liébana estaba lejos, pero no tanto ya que los tráficos entre lebaniegos y sajambrinos, a través de las tierras de Valdeón, llegan a este gran eje de tránsitos romanos en pos del sometimiento militar y luego de la mano de factores comerciales y de intercambio y supervivencia a través de diversos trazados camineros provenientes del Este, o sea a través de los pasos del Puerto de Remoña hacia  Soto de Valdeón para alcanzar el puerto de Dobres, y pasar de este modo a la amplia pradería de Vegabaño  y conectar a través de Soto Sajambre nuestra señera vía Saliámica/Caino Real de Amieva o Camin Real del Sella.

Alcanzado tal eje también, por otro camino paralelo, que parte desde Posada de Valdeón para subir a la altozana collada de Llós y por el Frade y la Cuesta Fría juntarse con el Camino de Campos en la portilla de Beza en los límites con los parajes astures, y  de cuyos tráficos tenemos constancia.


Otros caminos, no sé si de entrada, serían aquellos que iban  por el pueblo de Pío irián  a coger el Camino que desde La Uña pasaba a las tierras ponguetas  bien por el lugar de Arcenorio tras un fuerte esfuerzo de ganar las colladas de Yaete y  Campa  entroncando así en la ermita de Arcenorio  con el Camino que desde La Uña va por Bedules hacia el Collado de Llomena y por debajo del pico Pierzu seguir por otra vieja calzada medieval, donde todavía son bien visibles las armaduras camineras por tramos, los van  desde el collado de Piedrafita a ganar las aldeas de Santo Olaya  y Eno y bajar a la Vega de Sebarga  para virar hacia  Cangas de Onís a través del Puente lo Grazos y seguir por un desfiladero  totalmente antropizado .


También  desde este proveniente de Tierra de Campos, llegados al pie del río Dobra  y su famoso puente, se puede ganar la Cueva Domina (Covadonga) yendo un tramo recorriendo la orilla del Dobra, para en el paradisiaco lugar de la Olla, trepar por un cuasi perdido camino hacia  el caserío de San Vicente y ganar el lugar de Los Payares, ya  en los predios  de Següenco  y por la Cueñe el Carro ganar las famosas e icónicas pradería de Peñalba, hoy medio desaparecidas por el avance de los felechales.

Se sigue así la traza del GR 105 de Las Peregrinaciones: Oviedo-Covadonga; también desde el mismo lugar de Los Payares, se puede seguir hacia Omedina para coger la calzada medieval  que baja a la Riera acompañando al río La Mujosa y luego ya en la tierra de los canteros, o sea en  La Riera llegarse a Covadonga.


Canteros de Coaro La cuadrilla de canteros de Amancio González  1913 Anónimo Col. Francisco Martínez Sanmartín (Cangas de Onís)

Otro de los gremios utilizadores de tales trazados eran los canteros que iban en pos de la piedra caliza, y que como bien como dice la canción: Caminantes desde siempre, llegan a la frontera de Cuera, carreteando herramientas y esperanzas de otra tierra. Labradores del calizu, sembradores de la piedra, tontos para los que los explotan, artesanos para quien aceña. Canteros de Covadonga, bienvenidos a la Riera, son el corazón del cerro , el pulmón de la ribera, ¡Canteros de Covadonga, bienvenidos a la Riera!


Como pueden ver queridos lectores,  estamos ante un eje que desde de allende del Duero o desde Ribadesella, cruza la meseta pasando por la tierra fronteriza del  Puerto de Pontón hacia un lado o hacia otros, llevando o trayendo mercaderías, sueños  y mucho trabajo y donde doy comienzo a mi relato caminero.

En otras entregas iré relatando los trayectos y las cosas curiosas que han ido generando a lo largo de los siglos este gran eje fluvial y caminero entre el Esla y el Sella.

Victor Guerra

https://www.rtpa.es/audio:Un-buen-dia-para-viajar_1726933121.html

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