Los Caminos de Beato de Liébana por Asturias. Ruta de los Sancti Salvatoris: de Priesca, Fuentes a Valdediós
Tras un reconfortante desayuno de leche caliente y
unas castañas cocidas y algo de miel y tras comprobar los atalajes de las
acémilas y sus alforjas se pusieron los lebaniense camino hacia San Salvador de
Valdediós, acompañados con un paisano de la zona que hizo las funciones de guía
hasta San Juan de Amandi.
Salieron de Priesca hacia el lugar de La Prída siguiendo la huella de la vereda Salvadoreña que los debía llevar directamente hacia San Salvador de Fuentes.
Ilustración
20 Iglesia rural de Santo Tomás de Coro
Está claro que, de
aquella, es muy posible que nada existiera, más allá de poblaos castreños,
aunque no cabe duda de que peregrinos los había en tanto que las existencia de
diversos relicarios
religiosos debían de llamar la atención de
muchos creyentes, además que dadas la pandemias que había por los reinos
francos, echarse al camino era poder comer y vivir, y un foco de atracción para
las almas cristianas y para los diversos artesanos era la naciente capital de
la Regnun Asturum, téngase en cuenta que tenemos registrados unos casi que 200
hospitales en Asturias, entre los años.
Ya
en Coro, solo había que virar ahora hacia el Noroeste para entra en el valle
que nos lleva, hoy por asfalto, hasta la iglesia de San Salvador de Fuentes.[1]
«En la era de M[L]VIIII (1021 d. de C.), ¿el día
octavo antes de las Kldas? de junio (25 de mayo), Diego Pérez, que edificó esta
casa del Señor, y Mansuera (su esposa) y su madre Dña. Vistrildi concedemos a
todos estos que allí habiten junto con toda la heredad, y también a aquella
villa de Cembias, para la salvación de nuestras almas y la de mi padre Pedro y
así encontremos copiosa recompensa ante Dios. Y quienes de los mismos fueren
los moradores de este santo lugar, hijos o nietos, extraños o parientes, que
distribuyan limosna entre los pobres o los sacerdotes, para la salvación de
nuestras almas, y que ellos residan en esta casa. Leodenando presbítero dio el
título.
Y de cuantas posesiones cedimos a este lugar, si algún
hombre del pueblo o de los que ostenten poder en la tierra se llevara de aquí
algo, sea anatema, ven Señor, y aléjese con el traidor Judas de la convivencia
con ciudadanos, hacia su eterna condena. Y si alguno llevara algo de esta casa
del Señor desde un lugar a otros lugares, a no ser que conserve con cuidado lo
que no se mueva, que Dios entregue su alma en pos de Judas y quede excomulgado
fuera del censo de San Salvador.
En el templo que edifiqué en este lugar, bajo la
advocación de tu santo nombre, están escondidas las reliquias de San Salvador,
las de San Miguel arcángel, las de San Pedro y San Pablo, las de San Bartolomé,
y las de Santa Marina virgen. Me obligo en voto a llevar a San Salvador cuatro
panes y un cordero o pescado y media cuba de vino. Froila Rodríguez cede las
heredades de sus abuelos y las de sus padres, del Carral, en posesión a esta
sede de San Salvador, por la salvación de nuestras almas. Y Godesteo Lobón y su
hermana Gonterodo y Magito Remírez cedemos nuestras heredades, por la salvación
de sus almas. Lo corroboramos con nuestras manos».
Expongo el largo texto, debido a que en él se explica
la puesta en pie y funcionamiento de estas fundaciones eclesiales, monásticas,
etc, y la preocupación que las gentes tenían por la salvación de su alma, y
para ello y para gozar de la vida eterna, entregaban como vemos gran parte de
sus posesiones. Esto es algo que veremos al comienzo de las peregrinaciones jacobeas,
los romeros hacían testamentos porque no tenían claro si volverían algún día, y
dejaban arregladas las cosas con dios y con las cosas profanas.
Volviendo edificio este desde sus inicios era parte de
un monasterio sujeto al régimen de carácter propio, es decir, su edificación
estuvo vinculada a una familia local con posibles, o sea que debió de ser uno
de esos monasterios familiares, el cual llegó hasta el siglo XV siendo aún
monasterio, aunque se cree que ya estaba por entonces deshabitado.
Visitada la iglesia de San Salvador de Fuentes, pues como
siempre, no sabemos que pudieron contemplar en la zona nuestros viajeros, pero
seguro que tenía ciertos poblamientos teniendo como luego tuvo emplazamiento de
Pola, y en esa época ya se conocía la existencia de los territorios de Maliayo,
ya no digo que cenobios eremitas, pero no sería extraño pues por dichos parajes
más tarde fueron muy recurrentes las iglesias, como la de Santa María del Concejo
(La Oliva) en Villaviciosa.
En el entorno de Villaviciosa y su ría se citan, que sepamos
dos monasterios San Martín del Mar (ubicado en una isleta en el entorno de tal
poblamiento, y San Juan de Maliayo, mencionados en esas clásicas
documentaciones, tenidas por interpolaciones de 905, así mismo en esa época se
citan cuatro templos: Santa Eulalia de Selorio, San Zaornín (Saturnino), Santa
María de Arbazal y Santa María de Sebrayo, así como una fortificación tierra
adentro denominada Peña Castiello.
Según el padre Carballo, San Juan de Maliayo existía
durante el reinado de Ordoño I (850-866), aunque no contamos con documentos que
confirmen este hecho.
Sin embargo,
una inscripción que se hallaba en la lápida del sepulcro emplazado en el muro
meridional de la iglesia podría confirmar la existencia de San Juan de Amandi
en las décadas finales de la décima centuria. Dicha inscripción, que
actualmente no se conserva, fue dada a conocer por varios autores, como José
Caveda y Nava, Francisco de Paula Caveda y Pascual Madoz, entre otros, que
ofrecen distintas trascripciones de su contenido, aunque todos ellos afirman que
en el epitafio se hallaba una fecha comprendida entre 986 y 990.
Ilustración 21 Iglesia de San Juan de Amandi
La iglesia que hoy pueden contemplar los peregrinos
actuales «se compone de una sola nave cubierta con armadura de madera vista. El
ábside, semicircular tanto interior como exteriormente, se cubre con la característica
bóveda de piedra de horno (de cuarto de esfera) y conecta con la nave mediante
un tramo recto con bóveda de arista.
Entre la cabecera y la nave hay un bello arco
triunfal de triple arquivolta de medio punto, sostenido a cada lado por otros
tantos pares de adosadas columnas, de largos fustes y capiteles con decoración
escultórica. El interior del ábside es único en Asturias y poco común en todo
el románico. Está recorrido por dos pisos superpuestos de columnas adosadas, el
superior rematado en pequeña arquería de medio; El exterior de la cabecera se
caracteriza asimismo por una rica articulación espacial; se estructura también
por medio de columnas adosadas y líneas de imposta que producen una doble
división, horizontal y vertical, en calles y pisos».[2]
Para los estudiosos del románico, y
en concreto de esta iglesia les recomiendo el libro de Jose Antonio Samaniego,
titulado Lectura Hermética de San Juan de Amandi.[3]
Ilustración 22 Enclave de Casquita. Ermita de San Blas
Ahora los viajeros tenían por delante un trazado un
tanto enrevesado, como era pasar hacia lo que ahora se conoce como la
desviación hacia Gijón o San Salvador de Oviedo, o sea hasta el lugar de
Casquita, donde se les presentó un siervo del cenobio de Boides, que a su vez
les comunicó los respetos del abad y les encaminó tras sus pasos cortos pero
seguidos, para ganar la encrucijada de Castiello a través de famosas Camocas, donde
debieron poder ver algun tipo de construcción pues enero de 891, ya los reyes Alfonso
III y Jimena mediante donación había donado al monasterio de Tuñón tal templo.
Las Camocas, fue un territorio interesante pues en
tiempos del paso de Beato y Eterio por estos parajes, la zona ya contaba con un
hospital de peregrinos, y estamos hablando del años 793, que es el mismo año en
el que se dan otros establecimientos de este tipo em monasterio de Libardón, Lué
en Fano y en Colunga, luego en 891 ya se tenían noticias de otros también en
Villaviciosa
En color NARANJA , Camino de Boides
En color AMARILLO Camino Oficial a Valdedios por las Camocas En
color Azul Camino a Sariego por Arbazal
A los viajeros les quedaba una buena subida que
concluyó al pie del viejo recinto castreño, hoy conocido como Castro Castiello
para desde ahí bajar hacia el valle de Boides y entrar en el Valle de Dios a
través del lugar de La Rivera.
Pero en el enclave de Casquita, hoy los viajeros pueden tomar el camino al viejo monacato salvadoreño y benedictino que va pegado a a la orilla del río Boides o Valdedios, a lo largo de todo el valle de Grases pasando por delante de los molinos de La Sota arribando, el Mayorazu, o Xiana hasta arribar a Conceyeru y entrar en el poblamiento de La Rivera, camino este que terminaría perlando el monacato benedictino de Santa María de molinos y puentes para una mejor comunicación entre la villa de Maliayo y el monasterio.
No sabemos si era un cenobio anexo al palacio y capilla palatina a modo de residencia de Alfonso III, aunque algún escritor como Manuel de Cimadevilla lleva el palacio de Alfonso III hasta la fortaleza de Niévares, aunque tal vez fuera más fácil que estuviera en la zona central de la parroquia de Puelles
Fuera como fuere, en las viejas documentaciones se la zona de
Valdediós como abadía refiriéndose al edificio denominado Conventín de Boides o
Valdedios, el cual fue consagrado por siete obispos: Rudesindo de Dumio, Nausti
de Coimbra, Sisnando de Iria, Ranulfo de Astorga, Argimiro de Lamego, Recaredo
de Lugo, Ellecna de Zaragoza siendo tal ceremonia celebrada el 16 de septiembre
del 893, o sea cien años más tarde.
En la carta fundacional, firmada por los monarcas en Compostela, se especifica que los monjes reciben toda la heredad de Boiges, tanto de realengo como de infantazgo, incluyendo todos sus bienes raíces, como iglesias, ganado, derechos fluviales para el aprovechamiento de molinos o para la pesca y pescadores y otros hombres a su servicio:
“Damus Deo et
Beate Marie, sanctisque omnibus, totam hereditatem de Boiges, tam de realengo quam
de infantatico, ad abbatiam ibidem cisterciensis ordinis
construendam”
(Damos para el culto a Dios, a la Virgen y a todos los santos todo el dominio
sobre Boiges, tanto de realengo como de infantazgo, para la construcción allí
mismo de una abadía de la orden cisterciense)
Aunque el
asentamiento de los monjes no estuvo exento de problemas hasta que en el 1210
el Papa Inocencia III tomo bajo su protección al monacato de Boides emitiendo
además una bula confirmando todos sus derechos, diez años más tarde se
confirmaría la extensión del Coto de Valdediós que sería de unos siete
kilometros cuadraros, poniendo además el monasterio por encima del poder real.
«El trazado de la planta responde al
esquema basilical de tres naves, más ancha la central, constituidas
por cuatro tramos de arcos de medio punto, y rematadas en sus cabeceras por sendas
capillas absidiales rectangulares.
No posee transepto, por más que dos dependencias anexas, una a cada uno de sus lados, pueden dar una impresión equivocada. A los pies de la nave central se dispone un nártex o vestíbulo al que se han adosado dos estancias en correspondencia con las dos naves laterales. Sobre el conjunto monta una tribuna a la que se accede por una escalera interior. Apoyándose en el muro sur de la iglesia se construyó más tarde un pórtico que preludia las galerías porticadas que en el periodo románico proliferaron en las iglesias castellanas. A través de él se accede al interior del templo por su puerta meridional».[4]
En este lugar, el novelista Santiago Pérez Chirinos, convoca
buena parte de los personajes de la corte asturiana de antes de esa época:
Adosinda, y Alfonso II (siendo un joven) a Silo a modo de escolta de la dama y
el joven también e la trama de Boides se hayan a los reyes Aurelio y Mauregato
en su lucha por la corona, mediando en el asunto Beato de Liébana, estando de
por medio los condes Piniolo y Androito. Aunque eso es imposible, pues es muy
posible que en esa época no hubiera casi nada en Boides, aunque no deja de ser
un bello escenario para la novela, y ello nos permite comprobar las licencias
de los novelistas.
Aledaño a este bello ejemplar de la arquitectura ramirense, en el 1218 tras la otorgación del Alfonso IX del lugar de Boides a los monjes benitos, dice una leyenda que recoge Sira Gadea[5] que Alfonso IX entregó el valle de Boiges al Císter para congraciarse con la Orden de los monjes blancos y tenerla de su parte ante sus malas relaciones con la Iglesia después de su boda con su prima Teresa de Portugal en 1196, el repudio de ésta y su nuevo matrimonio con su sobrina Berenguela de Castilla en 1197, ambos casamientos anulados por el papa por causa de consanguinidad.
Los monjes de Valdediós algunos de ellos vienen desde el
gallego monacato de Sobrado de los Monjes para levantar el monasterio de Santa
María, que, de acuerdo con la tradición constructiva monástica, lo primero que
se habría levantado sería la cerca que delimita la “Civitas Dei” (la Ciudad de
Dios). Luego se continuaría por la cabecera del templo abacial, constituida por
tres capillas dotadas de testero semicircular,
Dicho edificio sacral se comunica al exterior mediante
cuatro portadas constituidas por varias arcadas de medio punto, una se abre al
norte, la llamada portada de los muertos que conectaba con el cementerio
de la comunidad cisterciense y en cuyo tímpano se ha cincelado la inscripción
fundacional. Otras tres se ubican a los pies, mientras una quinta conduce al
claustro. Además, la iglesia abacial aún conserva bajo el balcón de los
enfermos, la llamada escalera de maitines que facilitaba el acceso con el
dormitorio común del siglo XIII.[6]
Victor Guerra
Podscat UN BUEN DIA PARA VIAJAR
[1]
https://www.veredadeheterodoxos.net/2017/05/camino-jacobeo-por-villaviciosa-la.html?
[2] https://otraiberia.es/iglesia-de-san-juan-de-amandi/
[3]
https://www.fundacioncardin.com/resources/biblioteca-maliaya/documentos/old_web/Pol%C3%A9mica_sobre_la_Lectura_herm%C3%A9tica_de_Amandi.pdf
[4]
https://es.wikipedia.org/wiki/San_Salvador_de_Valdedi%C3%B3s
[5]
https://viajarconelarte.blogspot.com/2019/11/la-historia-del-monasterio-cisterciense.html
[6]
Roberto Carneado Peruyera. Información Monasterio
de Valdediós
[7]
https://www.asturiasperegrina.es/2022/10/el-camino-sancti-salvatoris-de-oviedo.html
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